
La Tercera Liga élite del Beisbol Cubano comenzará el próximo 15 de marzo y ya se anunció en conferencia de prensa que para esta edición se aumentarán los salarios de los entrenadores y jugadores que participarán.
El tesorero de la Federación Cubana de este deporte, Luis Daniel del Risco, aseguró que los peloteros ganarán cinco mil pesos cubanos por encima de su salario, tres mil los directores y dos mil los entrenadores.

Además, habrá una adición monetaria acorde al rendimiento destacado de algunos peloteros. De igual manera, se le otorgarán bonos a los atletas que culminen en los puestos de vanguardia en los diversos renglones estadísticos.
Este fue un reclamo perenne desde que iniciaron estos torneos pues la lógica indicaba que, si era cualitativamente superior y con mayores exigencias por la concentración de la calidad, los beneficios debían ser superiores.
Para la próxima Serie Nacional se espera también hacer pagos diferenciados de acuerdo al rendimiento de cada atleta, además de lo que reciben desde hace varias temporadas por cumplir ciertos parámetros durante el campeonato y por los lideratos individuales.
Aunque el beneficio está implícito en estas medidas, el monto es aún insuficiente para quienes se enrolan en un certamen de tanta relevancia para el deporte cubano.
El cual por demás adolece desde hace años por escasez a causa de la falta de recursos y también varias ineficiencias en cuanto a logística y atención a todos los enrolados en ella que no dependen objetivamente de una inyección de capital.

Mas allá de incentivar la participación de los peloteros, nuestro deporte nacional debería cambiar definitivamente su forma de gestión económica, lo cual no es descabellado en la sociedad cubana actual, sujeta a constantes cambios en pos del desarrollo.
Muchos otros sectores ya se insertan en la autogestión de sus recursos económicos aprovechando las capacidades de su personal y las posibilidades en la prestación de servicios.
Por esta razón no sería descabellado que el deporte funcionara mediante sistemas de patrocinio implicando a entidades estatales y por supuesto incluyendo al sector privado.
De seguro sobrarán los interesados en apoyar a los equipos en diversas esferas, lo que indiscutiblemente mejorará la calidad de vida de los atletas, entrenadores y árbitros.
Por otra parte, le daría vida a los terrenos que se pueden convertir en centros de espectáculos dignos, con variadas ofertas gastronómicas, culturales y una notable mejora en las condiciones de los terrenos, las gradas y la infraestructura en general de los estadios.
Por lo pronto mejorar el salario de la pelota cubana es un primer y sencillo paso que debe continuar buscando la revitalización de un deporte que es parte de nuestra cultura e identidad.
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