
Lea realizando un maquillaje de caracterización. Foto: Cortesía de la entrevistada/Tomada de Radio Llanura de Colón
El Premio Brene 2025 le fue conferido este año a la actriz, profesora y maquillista Lea Milagros Hernández. De alguna manera, ella es parte de la memoria, desde la década del 70, de muchos instantes trascendentes y olvidados, como la maquillista de espectáculos significativos, de agrupaciones emblemáticas y de personalidades del arte cubano y del extranjero.
Es la artista creadora de personajes desde la perspectiva de la maquillista y peluquera con el Circo Atenas, el Teatro Lírico, el Conjunto Dramático de Matanzas, el Teatro El Mirón Cubano, Teatro Papalote, el Teatro Sauto e innumerables eventos y funciones, la televisión o el cine, a lo largo de cinco décadas.

Ha realzado e iluminado los rostros de lo más selecto del arte cubano e internacional que ha desfilado por el coliseo yumurino, de las diferentes manifestaciones, la música, el circo, los espectáculos, la danza y el teatro. Toda su sabiduría añeja, adquirida en cursos y talleres; así como en la práctica diaria en diversas experiencias que pasan por la caracterización de un actor, la riqueza cromática de un payaso, el particular universo del teatro lírico o del circo, la ha enseñado a otros, en numerosos espacios pedagógicos. Pero Lea es mucho más.
La primera imagen que tengo de ella es la de Clitemnestra o el crimen, el texto de Marguerite Yourcenar llevado a escena por Pedro Vera con el Taller Adscrito de Teatro Papalote, y merecedor del premio de puesta en escena del Festival del Monólogo de La Habana.
El universo griego se revela en su cuerpo y voz, en las potencialidades de las imágenes recreadas sobre la escena. Este es un espectáculo memorable que, por efímero, solo podemos recordar los que fuimos espectadores.

También fue la protagonista de Convocando a Carilda, ese espectáculo lírico y visual en homenaje a la poetisa matancera Carilda Oliver Labra, y donde tuve la oportunidad de constatar —porque compartí escenario con ella— su disciplina y entrega al teatro.
Esa mezcla de sus intervenciones como actriz en varias puestas titiriteras de Papalote —entre ellas: Romance del papalote que quería llegar a la luna, y el ciclo de obras de tema negro— con la de maquillista constituye motivo para reconocerla, por su intensidad vital, su amplio y diverso currículo relacionado con parte de la historia escénica matancera y cubana. Asimismo, distingue la profesión del maquillista en general y los aportes indudables de Lea Milagro Hernández a la escena. (Edición web: Miguel Márquez Díaz)
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