Más que un libro, un autor

Aunque Pedro Juan Gutiérrez es mayormente conocido por su obra cumbre, Trilogía sucia de La Habana, este controversial autor ha legado una infinidad más de escritos. Carne de perro, publicado por vez primera en el 2003, constituye una evidencia de ello.

Narrado por un protagonista llamado Pedro Juan, en clara alusión autorreferencial de las páginas, nos lleva por los andares en una vieja casa de Guanabo, cerca del mar, en una Habana desdibujada en lo paradisíaco. Con una sórdida manera de relatar sus pensamientos, en los que abunda el sexo y el amor por el ron, este  es un libro que no deja indiferente, pues a la par que cuenta las historias más triviales en el ambiente habanero, podemos observar cómo los personajes intentan escapar del desgarramiento de una vida cotidiana, pero a su vez al borde del abismo.

Escrito de una manera rítmica, se devora con rapidez, dado que esta cualidad unida a la corta extensión del volumen, logra dinamizar el ritmo de lectura.

El realismo sucio se hace presente como en la mayor parte de sus obras, pues él constituye el iniciador y máximo exponente dentro de la literatura cubana. A través de un estilo directo, plagado de arraigada sinceridad, desmedida y desvergonzada, personifica los años más duros del Período Especial. Como el autor dijo en una entrevista: “Tengo muy claro que no estoy haciendo política, estoy dejando una memoria del tiempo y del lugar en que me ha tocado vivir”.

Este constituye el cierre de su tan afamada saga titulada Ciclo de Centro Habana, la cual incluye Trilogía sucia de La Habana, El Rey de La Habana, Animal tropical y El insaciable hombre araña.

Una lectura cruda, ligera y en ocasiones graciosa, transmite la realidad del cubano en su máxima expresión. Aunque escrito con mano maestra este no es un libro para lectores de sensibilidad frágil, pues estarás platicando directamente con un borracho, mujeriego y sin escrúpulos al hablar. Pese a esto, como Roberto Bolaño dijo en una ocasión, “Los cuentos de Pedro Juan Gutiérrez (…), son más reales y a menudo están mucho mejor narrados que muchos cuentos de autores llamados serios por la crítica”. Así que si deseas adentrarte en los suburbios de La Habana, esta historia te llevará hasta lo más profundo.

Para hablar de Pedro Juan Gutiérrez hay que tener la mente abierta. No puede contarse su vida sin mencionar sus libros, o más bien cabe decir que sus libros cuentan su vida.

Nació en 1950 en la ciudad de Matanzas y vivió cerca de La Marina, junto al río Yumurí, aunque su infancia se desarrolló en Pinar del Río. A la edad de 10 años vendía cómics. A los 18 obtuvo una beca de cuatro años para la Escuela Nacional de Artes. En 1978 obtuvo el título de licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana, trabajó en radio, televisión, una agencia de noticias y en las revistas Bohemia y Habanera. En la década del 80 realizó investigaciones en varias cárceles, también en favelas de Brasil, en la frontera entre Estados Unidos y México, y en el sur de España. En conjunto ejerció los más diversos oficios: vendedor de helados y periódicos, instructor de kayaks, cortador de caña de azúcar, soldado y obrero agrícola.

Empezó a escribir Trilogía sucia de La Habana a los 44 años y en octubre de 1998 la Editorial Anagrama, de Barcelona, la publicó. Este se convirtió en un éxito de crítica y público inmediato, dotándolo de sobrenombres como el “Henry Miller habanero” o “Bukowski caribeño”.  El 11 de enero de 1999 terminó su labor periodística.

Actualmente vive en La Habana, donde se dedica especialmente a la pintura. Su obra narrativa se ha publicado en unos 20 países. El propio autor dijo sobre su vida: “Para lograr ser escritor tenía que vivir muy intensamente, conocer a mucha gente, tener muchas mujeres, y eso fue organizando mi vida”.

La cuentística de Pedro Juan Gutiérrez hace homenaje a escritores consagrados: Melancolía de los leones fue escrito en la década de 1980, tuvo 13 años de elaboración y es un pequeño homenaje a Franz Kafka y Julio Cortázar.

Sus referentes principales son autores norteamericanos como Ernest Hemingway o Charles Bukowski, y también obras como Hombres sin mujer, de Carlos Montenegro, o Boarding Home, de Guillermo Rosales. Aunque el autor que realmente lo inspiró a crear fue Truman Capote con Desayuno en Tiffany’s.

Premios y reconocimientos

2000: Premio Alfonso García-Ramos de Novela por Animal tropical.

2003: Premio Narrativa Sur del Mundo por Carne de perro.

2007: Le Grand Prix de Rhum por glorificar el ron en su obra.

2008: Le Prix des Amériques insulaires et de la Guyane édition por El nido de la serpiente.

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Frases de la novela

“A ti te gustan las mujeres de orilla. Eso es carne de perro”.

“La gente le teme a la lluvia y a los rayos. Y a muchas cosas más. Desde que nacemos nos inoculan esa mierda en la sangre: respeto y miedo. Así nos controlan perfectamente. Hasta la sepultura. Lo importante es que nunca alces demasiado la voz”.

“Mi madre tiene razón. Me gustan las pelandrujas, las mujeres de orilla, las putas y la mierda”.

“Nos besamos más y le dije muy bajito al oído:

«– No puedo desperdiciar el poquito de amor y compasión que me queda”.

“Y yo atrapado con los horarios y la responsabilidad. Nunca sucedía nada.”

“No parece cubana. Ha perdido el sentido del humor y la flexibilidad de la risa”.

“Todos éramos buenos y correctos, obedientes, disciplinados. Ahora es lo contrario: todos somos malos e incorrectos”.

“El verdadero cínico, el cínico de nacimiento, sólo reconoce la fidelidad a sí mismo. Y se ahorra muchos trastornos”. (Por: María Karla Pérez Romo y Odalis María Sosa Dencause)

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