Lilian y la Guiteras, una relación con mucha química

Lilian y la Guiteras, una relación con mucha química

Después de más de cuatro décadas de relación, a Lilian Montesinos González le cuesta imaginarse la vida desligada de la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, una especie de hija a la que vio nacer y por la salud de cual se esmera cada jornada.

Protagonista en la década del 80 del siglo pasado en la construcción del eficiente bloque unitario, por estos días inmerso en las gestiones requeridas para acortar el tiempo fuera de servicio por averías, la ingeniera química se mantiene lista para cumplir a la altura de las expectativas una misión poco conocida, pero trascendente al punto de que sin ella sería imposible para la unidad térmica lograr el tan ansiado megawatt (mw).

Al frente del Taller Químico de la CTE, la trabajadora con múltiples reconocimientos a lo largo de su trayectoria profesional, tiene el encargo de desmineralizar la llamada agua cruda y velar por la calidad del preciado recurso una vez que este se adentra en el interior de la caldera, y también durante el proceso de transformación de líquido a vapor.

La mayoría de la gente cree que producir electricidad solo se logra con combustible pero no, para lograrlo además se precisa de agua, la cual se transforma en el vapor que mueve la turbina y esta, a su vez, provoca la excitación del generador que en definitiva materializa la energía, explica la jefa del Taller Químico por más de una década.

Lilian habla de desmineralización, de tratamiento de agua y de régimen químico con la misma pasión que el cubano promedio habla de pelota; para ella hay un juego por ganar que decide en la calidad de vida de muchos hogares, y las gradas de ese estadio llamado Cuba están llenas, a la expectativa de que venga la luz.

Todo lo que hacemos los trabajadores de la Guiteras es en función de entregar energía al sistema electroenergético, en mi caso no termino nunca de trabajar, aunque vaya a casa a descansar, y conozco casos de quienes permanecen en el centro por días, durante los momentos más críticos de interrupciones, comenta.

Sobre su experiencia con apagones asegura que le duelen doble, porque siente la desesperación habitual del cubano y el cuestionamiento en ocasiones por gente que no entiende de entrega ni de compromisos, que no valora lo que se hace.

No obstante, la jubilada y posteriormente recontratada no ha perdido un ápice de motivación y conserva los parámetros de calidad al mismo nivel que en los primeros años de la instalación, con la cual le ha costado lo indecible romper el cordón umbilical, según confiesa.

Sé que algún día me voy a retirar y a veces pienso en ello y me da una tristeza horrible, soy de las que no se ven en la tranquilidad del hogar, sin llamadas nocturnas para hacerme alguna que otra consulta de trabajo, por eso voy a estar aquí (CTE Guiteras) hasta que la salud me lo permita, sentencia.

(Tomado de ACN)


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Sobre el autor: John Vila Acosta

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