El infernal paso al Nirvana

El infernal paso al Nirvana. Foto: tomada de Gaceta UDG
Diferentes tipos de drogas que te guían en el infernal paso al Nirvana. Foto: tomada de Gaceta UDG

“Mejor no empezar”, así sentenciaba a cada rato en televisión un anuncio que, durante mi infancia, se colaba entre programas para hacernos por siempre ajenos a las adicciones. Objetivo parcialmente cumplido. Por triste que resulte, el mundo no cambia por una voz en off superpuesta a imágenes de botellas, cigarros o pastillitas sospechosas.

A estas últimas, y a sus derivados en forma de polvos o humillos embriagantes, me referiré en los siguientes párrafos. Compleja misión. No sé si sea el más indicado para escribir acerca de lo que, por fortuna, desconozco. Como perjudicial es para otros saber muy bien de lo que ya estoy escribiendo.

Personas de mi entorno las han probado. Es posible que yo mismo, en ciertas etapas de la vida, también lo hubiese hecho. ¿Para qué vamos a mentir? Un mínimo embullo, un quedar bien delante de alguien, un formar parte del grupo sin aguar la fiesta… Cualquier incentivo impulsa a un joven a tomarlas.

Sin embargo, no cualquier mecanismo lo aleja a uno de ellas. No cualquiera tiene el poder de convencimiento para ayudarte en el peor momento. Por eso, para mi alivio, podré conocer bien a unos pocos entre los muchos que han dado ese salto al vacío, pero sobre todo tengo la suerte inmensa de que tocasen tierra pronto, de no haber vivido de cerca las consecuencias que deparan las drogas.

Las infames drogas. Las innombrables, las que no perdonan… Las calificadas de mil formas por abuelas, madres, padres y prudenciales amigos en estado de alarma, más que nada porque nos quieren. Sí, es posible que de reiterar la obvia necesidad de cuidarnos nos muevan a la rebeldía, que nos fastidie tanto remilgo ante las realidades del mundo —y de las fiestas y rinconcitos oscuros del mundo—, pero…

Hay sustancias que pertenecen al intocable apartado de “cosas con las que no se juega”. Aun así, jugamos, nos atrevemos, como con el primer cigarrito en los labios, el primer trago, el primer sexo sin precaución. Si a los Beatles les funcionó, ¿por qué a mí no? Si hasta a los famosos les funciona, ¿por qué a mí no? Por algo las tomarán, así que… hagamos un “¡Nirvana now!”.

Los no iniciados apenas sabemos decir marihuana, cocaína, heroína, morfina… y hasta cafeína, en alarde máximo de conocimiento sobre todo lo que clasifica como droga. Hasta que escuchas de algo novedoso que llaman “Químico”, que circula en escuelas de tu provincia, de tu ciudad, y que te aterra descubrir que no sea tan novedoso y lleve tiempo afectando neuronas inmaduras por ahí. O hasta escuchas de otras mezclas entre productos sintéticos

Y como es lógico, como es a veces inevitable que los jóvenes se influyen tanto y a veces mal entre sí, no quisiera proferir un sermón hacia ellos. En todo caso, sí mi alarma, sí mi consternación ante un consumo que en mi época era menos habitual, y sí mi apoyo a los responsables de que esto no ocurra, de que las drogas no invadan una Secundaria o un Pre con la facilidad de un vendedor al otro lado de la reja en ese minuto furtivo del receso. Este tema merece, desde luego, investigaciones de rigor que contribuyan a ilustrar el fenómeno, de cara al bien público.

Para quienes no hay sermón definitivo es para los que de ellos se ocupan, y deben partir de sus conciencias. Para esos abuelos, madres, padres y prudenciales amigos que ojalá nunca se cansen, aunque les reviren los ojos, de repetir a los que quieren: “Mejor no empezar”.


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2 Comments

  1. La cero tolerancia ya no es tal. Se están centrando mucho en los delitos económicos, y han dejado de lado la delincuencia violenta, para que no haya tema con el combustible, la policía puede bien moverse con carros eléctricos, moverse por todos lados, vista hace fé, meterse dentro de la delincuencia, saber cada paso que da el potencial delictivo. Que el bandido viva asustado y con miedo, no la gente normal.

  2. Desde siempre supe lo negativo y los efectos nefastos que trae el consumo de drogas, nadie me insistió para que yo lo supiera, nadie tiene que decirme lo malo que resulta su consumo y las consecuencias… eso se sabe!!
    Igual,desde que tengo uso de razón, en Cuba nunca había sido un problema esto de la droga, me pregunto què está pasando entonces con este flagelo? Qué fue lo que cambió? Que no se hizo bien o qué se dejo de hacer que hoy por hoy el consumo y venta de drogas en Cuba es un problema nacional?

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