¿Cómo logran realizar tantos espacios, funciones y eventos en las artes escénicas de Matanzas? Preguntan muchos colegas de trabajo de otras provincias, y también creadores y especialistas de otras instituciones del territorio.
Se termina un evento titánico, como el Festitim y ya se comienza la preparación de otro, como la 22 edición del Narices Rojas, auspiciado por Teatro Papalote, a celebrarse del 8 al 12 de junio, mientras el mismo grupo organiza la conmemoración de su 60 aniversario el 21 del mismo mes, todo esto sin dejar de dar las funciones habituales de cada sala, cumplir la programación y que a veces incluye la colaboración con otros eventos como la Feria Internacional del Libro o el Mayo Teatral, de Casa de las Américas, así como estrenos que en el mes de mayo, en medio de toda esta vorágine, incluyó dos, La señorita Julia, de Teatro Icarón y Alejandría, de Teatro D’ Sur, que llevan también una producción complicada, la energía y esfuerzo de muchos.
¿Cómo pueden hacerlo, especialmente en la compleja realidad económica que atraviesa la nación? Nada es como hace tres años, antes de la pandemia, y del reordenamiento económico desarrollado en el país.
Para empezar, los precios de hospedaje, transporte, producción de escenografía y alimentación en muchos casos triplica el precio de hace tres años.
Una función de fin de semana, elemental, imprescindible, con seis actores, intentando economizar, puede costar hasta 22 000 cup.
Este ejemplo demuestra lo costoso y complicado que resulta mantener una programación y mucho más un evento, y más dos o tres.
El Festitim contó con el apoyo de las autoridades políticas y gubernamentales, que ayudaron de muchas maneras para que fuera posible y se convirtiera en paradigma de lo posible en las circunstancias actuales, una proeza, una dignificación de la cultura escénica y de la cultural.
¿Cómo lo logramos? Existe un aprendizaje sedimentado en la tradición y la historia del Consejo Provincial de las Artes Escénicas – Cpae- que nadie puede negar, aún con sus miles de aspectos por mejorar, aún con una nueva generación que aprende con los más experimentados, aún con los que no soportan el training y la búsqueda de perfección en el trabajo porque siempre hay algo con nuevas exigencias y eso agota a muchos, como agota a los que persisten por vocación, volver empezar siempre, en la formación de nuevos especialistas.
El éxito se logra, aún con esos «virus troyanos», con que siempre se tropieza el trabajo cultural y que no entienden de especificidades y política cultural, y solo obstaculizan, contagian de espíritus infectados, pero aún así siguen laborando en nuestros departamentos e instituciones, como un mal que se recicla y hay que extirpar.
¿Cómo lo logran? Quizás con la convicción y el deseo de mantener la labor paradigmática, no exenta de errores y de otras cuestiones, que por tradición e historia, han tenido los artistas escénicos matanceros, y la estructura, objetivos, estrategias y el rigor del Cpae durante más de tres décadas, con un magisterio que inició Mercedes Pardo, y que permanece, con otras perspectivas, intereses, objetivos, y también con circunstancias sociales y económicas, extremadamente difíciles para el trabajo cultural, pero aún así, y a diferencia de muchos, se trabaja constantemente y se logran cosas, bastante, creo yo, sustentadas en sus creadores, sus agrupaciones e instituciones, y pensando que nuestro trabajo es el pueblo, su formación estética y la identidad de la nación.
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La pregunta de esos colegas es un estímulo, que se escuchó mucho en el Festitim, pero se escucha siempre sobre el trabajo del Cpae en Matanzas. Ignorarlo, a pesar de los defectos, los errores, y las muchas cosas, bastante, que hay que mejorar, es una injusticia.
Los resultados están, y las metas a alcanzar también.
Sirva este texto como un homenaje a todos los que lo hacen posible, a los que sienten la cultura de verdad, con orgullo, desde el trabajador, el especialista, los técnicos, los directivos y los artistas, la razón de ser de Todos.
Sólo unidos lo lograremos. Esa es la respuesta para los muchos que preguntan, y también, para los que lo dudan. Unidos, trabajando, luchando, por el teatro.