Cada año en el país se realiza la Comprobación Nacional al Control Interno, ejercicio en que participan auditores junto a estudiantes universitarios, y a la par expertos de la Oficina Nacional de Normalización y la Oficina Nacional de Inspección al Trabajo.
El objetivo principal de esta actividad es brindarles a las empresas estatales socialistas una oportunidad para perfeccionar y mejorar su funcionamiento. Ello implica un proceso de preparación tanto de las organizaciones como de la Contraloría.
Durante todo el año las entidades trabajan sobre la base de mantener su quehacer como empresa, mientras que la Contraloría empieza a organizar el ejercicio de la comprobación. Pero, para lograr un buen funcionamiento de las empresas, y que los auditores trabajen adecuadamente, debe existir un buen Sistema de Control Interno.
En conversación con Carmen Elsa Alfonso Oceguera, Contralora Provincial de Matanzas, detalla la importancia de este sistema y lo que conlleva su funcionamiento: “Como un hacer rutinario del Control Interno está la guía de autocontrol que se ejecuta dos veces en el año. Esta revisión está marcada porque tiene que tributar al cierre del proceso hacia instancias superiores, pero debe ser una práctica cotidiana, para que la organización aspire a que su proceso sea orgánico, funcional y articulado”.
El Sistema de Control Interno posee determinados componentes que permiten verificar si el trabajo de las empresas se realiza correctamente. “El primer componente es el ambiente de control. Su sustento constituye todo lo que está legislado, establecido y regulado”, refiere la Contralora Provincial.
“Después está el componente de Ambiente de Gestión y Prevención de Riesgo, que se realiza con el objetivo de minimizar o atenuar los posibles riesgos que tenga cualquier proceso.
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«Luego está el componente de actividades de control, que a veces las personas dicen que está más asociado al área económica, al perfil del contable, pero para que haya actividades de control, eso alcanza a todos los procesos de la organización. Es entonces en ese armonizar que tributan todas las partes de la entidad en dichas actividades».
Otro aspecto es la información y la comunicación. Acerca de ello, Alfonso Oceguera declara que “este componente transversaliza todos los procesos, ya que alcanza a toda la organización. Es entonces que, si hay establecido un buen sistema de información y comunicación donde todos saben cuál es su papel, sus funciones y las responsabilidades quedan bien establecidas durante los procesos”.
Como último componente para tener un buen sistema de control interno resulta imprescindible la supervisión y el monitoreo. Así se garantiza una eficacia y calidad en el resultado final.
Además de estos factores, la directiva destaca que, para cumplir con esta tarea, cada año resulta esencial la unión de todos los trabajadores, sin importar el rango o su labor: “El sistema de control interno se construye con todos los que son miembros de la organización, aun cuando la ley 158 establece la responsabilidad de diseñar, actualizar y hacer funcionar al máximo directivo como representante de cada una de las organizaciones. Nada se logra si no funcionan en unión los directivos, el consejo de dirección y los trabajadores”.
El ejercicio de la Comprobación Nacional al Control Interno significa un reto de superación cada año. La veterana contralora, de 26 años de experiencia en auditoría, expresa: “Mi trabajo todos los días implica un reto en el estudiar, en el aprender y en el hacer. Para que usted sea un buen auditor tiene que ser muy culto y no puede prejuzgar por lo que escucha, ni por lo que dicen ”.
Además, opina que un auditor tiene la responsabilidad de cada día crecerse en el trabajo, pues ellos representan los intereses del Estado y el Estado al pueblo. (Por Beatriz Mendoza Triana, estudiante de Periodismo)