Fotos: Raúl Navarro
La agrupación Afrocuba arriba este año a su 65 aniversario con una sólida trayectoria en la defensa de la más genuina tradición rumbera.
Fundado en el verano de 1957 como Guaguancó neopoblano, sus primeros miembros provenían de la comparsa de Los guajiros elegantes: Pedro Tápanes (Pello), Héctor Alfonso, Grabiel Noriega (Jicotea), Gilberto Hernández (Sagüita), Pedro Abayí (Regalado) y Francisco Zamora (Minini).
Al triunfo de la Revolución, pasaron rápidamente del movimiento de artistas aficionados a la profesionalización, avalados por el conocimiento adquirido desde niños, yendo a los bembés, escuchando a sus padres y abuelos.
Inmersa en un proceso de experimentación musical, a los ritmos ancestrales Afrocuba incorporó su propia creación: el batarrumba pero siempre manteniendo las esencias pues, como expresó su ya desaparecido director, Minini: “no es nuestro propósito que pierda su sonido africano.”
El batarrumba fue muy rompedor para su tiempo porque, si bien ahora es muy común que una orquesta utilice tambores batá, en aquella época existía cierto tabú relacionado a su papel en la liturgia yoruba.
El grupo posee varios discos, la mayoría grabados con empresas extranjeras como la Schectenasy Records o Smithsonian Folk Music Collection, y se ha presentado en Alemania, Inglaterra, España, Angola, Estados Unidos, entre otros.
Su conocido estribillo, “Nosotros los matanceros cuando cantamos/ Cantamos con ritmo alegre y buen compás/ Y todo aquel que nos escucha se pone alegre/ Y viene con nuestro ritmo a guarachar”, se ha convertido en un himno del pueblo yumurino.
El periódico Girón desea compartir con sus lectores algunas fotos de esta emblemática agrupación folclórica durante una de sus últimas presentaciones en el Museo de la Ruta del Esclavo, Castillo de San Severino, durante la clausura del VII Taller Museología y Sociedad.
