
En 1949, el escultor pinareño Juan López Conde concluyó su obra en bronce Celos, representativa de una bien lograda pareja de venados.
Dicha escultura fue ubicada poco después en el parque Watkins. López Conde se dedicó a la escultura animalista y legó varias piezas a nuestra ciudad.
El ciervo o venado de cola blanca —Odocoileus virginianus—, se cree fue introducido en Cuba a mediados del siglo XIX, procedente de México o del sur de los Estados Unidos. Sin embargo, durante excavaciones efectuadas por especialistas del Gabinete de Arqueología de Ciudad de La Habana, en la vivienda de la calle Mercaderes no. 162, se descubrieron restos de un asta de un ciervo macho adulto, en un contexto fechado entre los años 1550 y 1600.
