El Cinematógrafo: El apocalipsis humano

El Cinematógrafo: El apocalipsis humano
El Cinematógrafo: El apocalipsis humano

El cine nos ha regalado incontables películas bélicas. La épica de la guerra suele contener historias altamente dramáticas, paisajes destruidos y un retrato sincero del daño mental provocado en los personajes. El estreno de Apocalypse now en 1979 rompió cualquier arquetipo anteriormente fabricado de los largometrajes con ese estilo.

La simple narrativa de un hombre que busca a otro deviene en una travesía desenfrenada y muestra uno de los rostros más cuestionables de la humanidad. La obra de Francis Ford Coppola profundiza en la condición humana y cuestiona el sentido del campo de batalla. La orgía de armas, demencia y explosiones que significó el filme marcó para siempre el séptimo arte.

Transcurría el año 1969 y el enfrentamiento entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur alcanzaba un punto álgido. El estallido social que generó dicho conflicto en Estados Unidos desde sus inicios marcó toda una generación. Las Panteras Negras, la revolución racial y los hippies son algunas de sus consecuencias. El destino de la conflagración decidiría muchas cosas alrededor del mundo.

El capitán Willard (Martin Sheen) descansa en Saigón, pues fue retirado temporalmente de los campos de batalla. Admite, entre alcohol y heroína, su incapacidad para reincorporarse a la sociedad. La indiferencia con que habla sobre el divorcio de su esposa transmite una sensación de desapego por la vida. Borracho y con alucinaciones, es llamado por sus superiores para cumplir una misión. El coronel Kurtz (Marlon Brando) desertó y estableció un pequeño ejército conformado por montañeses y renegados en el territorio neutral de Camboya. A Willard se le ordena asesinarlo debido al problema que este pudiese causar en un futuro. 

Willard encierra una compleja personalidad. Su introspección, apoyada por una sosegada voz en off, refleja los pensamientos maquiavélicos que le asedian. La indiferencia del personaje remarca su misticismo. No es un héroe, solo un triste participante más del deplorable show.

La trama del filme sumerge al espectador en el carnaval de miseria que fue Vietnam. El peligroso trayecto de los protagonistas por el Río Nung supone un viaje sin retorno hacia la locura. Muchos soldados norteamericanos mantuvieron una postura indisciplinada e irrespetuosa en la guerra, y tan real como inconcebible, fue la existencia de fiestas, drogas y Rock N Roll en un conflicto de tamaña magnitud.

El rodaje de Apocalypse now figuró entre los más catastróficos de la historia. Debió durar seis semanas, pero se extendió hasta los 16 meses. Los problemas constan desde costosos decorados destruidos por las inclemencias del tiempo hasta Brando, que apareció en el set con sobrepeso. Sheen sufrió un infarto y retrasó el rodaje. El director demostró su tenacidad al mantener a flote la realización de una obra tan apocalíptica como el nombre que lleva. Muchos de los caminos extravagantes que recorre hacen justicia a su improvisado rodaje.

La escena más recordada de la obra es La cabalgata de las valquirias. Mientras los helicópteros vuelan con elegancia, la violenta ópera de Wagner resuena en las alturas. Las aeronaves irrumpen en el espacio civil cual bandada de aves. La consecución de planos contrapuestos refuerza la destrucción causada por el ejército a poblados inocentes. El bullicio de los niños como elemento contrastante ataca directamente a la sensibilidad del espectador. De manera satírica, la guerra es tratada como un espectáculo. Uno grotesco, con mucho ruido y luces explosivas.

El Coronel Kilgore (Robert Duvall), principal artífice del ataque, representa el ego y la inmadurez del ejército norteamericano durante el conflicto. Cuesta creer la sordidez del personaje, impulsado a sacrificar a los suyos y masacrar inocentes solo para “surfear”. Los diálogos de Kilgore expresan preocupación por el surf y una total desconexión de la lucha.

Resulta ambiguo el ritmo del largometraje. La primera mitad muestra una explosiva demostración de adrenalina. La segunda, en cambio, se torna un poco más romántica. La extravagancia del filme aumenta conforme avanza el tiempo. Las profundidades del río significan un viaje en el tiempo, en retroceso. La civilización metálica de armas y helicópteros se transforma en una de lanzas y flechas.

La escena de las denominadas “conejitas” puede resultar divertida hasta cierto punto. Las modelos Playboy son tratadas como un simple producto para entretener. La fantasía que simbolizó este pasaje hizo olvidar el contexto en que se encontraban los personajes. El espectáculo logra ser sensual y, a la vez, grotesco.

La guerra es tratada con festividad. No es el objetivo del film mostrar un despliegue de técnica militar o enaltecer la lucha, sino que esta última es cuestionada desde la visión de un gran espectáculo. Coppola estructura una dura crítica contra el ejército y explora las causas de su bochornoso fracaso.

La composición acompaña la temática de la obra. Vittorio Storaro, director de fotografía, realiza un gran trabajo al captar la naturalidad del paisaje. El atardecer de Vietnam no acaba nunca. El naranja ocupa gran parte del plano. No retrata la alegría que suele representar ocasionalmente, sino que recalca la decadencia humana a la que es sometida la historia en su totalidad.

El final del film hace justicia a su aparatoso desarrollo. Una historia de tamañas proporciones no podía resultar de otra manera. La entrevista de Kurtz y Willard parece sacada de un sueño. El ajuste de cuentas no posee pasión, solo miseria. El daño es irreparable. Apocalypse now es un tratado abismal de los límites humanos y sobre todo del horror, el horror… (Por Máximo Enrique Badía Yumar, estudiante de Periodismo)

FICHA TÉCNICA

Título original: Apocalypse now; País: Estados Unidos; Año: 1979 / 2001 (versión Redux); Dirección: Francis Ford Coppola; Guion: John Milius, Francis Ford Coppola; Fotografía: Vittorio Storaro; Montaje: Lisa Fruchtman, Gerald B. Greenberg, Walter Murch; Música: Carmine Coppola, Francis Ford Coppola; Reparto: Martin Sheen, Marlon Brando, Robert Duvall, Dennis Hopper…; Duración: 147 minutos / 196 minutos (versión Redux)

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