Postales Matanceras: Conservan fragmento del ataúd de Martí

Al día siguiente de la caída en combate del Mayor General José Martí Pérez, en la mañana del 20 de mayo de 1895, era sepultado en una fosa común y en ¡tierra viva!, en el poblado santiaguero de Remanganaguas.

Pasadas las cinco de la tarde del día 23, el cadáver era exhumado por el doctor Pablo Valencia. Antes, se había adquirido un ataúd confeccionado por el carpintero Pedro Ferrán Periche, con la ayuda del joven aprendiz Jaime Sánchez, elaborado en cedro, al precio de ocho pesos.

Un fragmento de dicho sarcófago de 46 centímetros de largo y 6,5 de ancho, donado el 26 de abril de 1910 por José Bofill, entonces director del museo Bacardí, se muestra en la Sala Martiana de la institución homóloga cardenense Oscar María de Rojas.

Con posterioridad a este primer entierro, los restos se trasladaron a Santiago de Cuba, y fueron inhumados el día 27 en un nicho del Cementerio Santa Ifigenia, dentro del cual fue reubicado en otras tres ocasiones. El 24 de febrero de 1907 eran colocados en un templete. En septiembre de 1947, en espera de que se construyera el mausoleo, lo trasladaron al Retablo de los Héroes; hasta que el 29 de junio de 1951 fue depositado en el sitio donde hoy descansan los restos del más universal de los cubanos, Apóstol de la Independencia y Héroe Nacional.

Lea también:



Recomendado para usted

Sobre el autor: Adrián Álvarez Chávez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *