Quizás Matanzas haya sido de las ciudades que más belleza le hayan traído a la de por sí hermosa literarura cubana. Es casi una deuda histórica con esta tierra de poetas que la Feria Internacional del Libro ( FIL) sea un juego floral, una fiesta de esos lenguajes secretos que se cifran en letras.
En la noche de este primero de marzo, con una gala en el Teatro Sauto, quedó inaugurada la 31 FIl en la Atenas de Cuba, una ciudad que lucha y pervive para conservar su apodo y que no pierda veracidad.
En el evento se le rindió homenaje a Fina García Manruz, a quien lazos familiares la unen a estas tierras. Cintio Vitier, su cómplice de vida era matancero de pura cepa, y además que mantuvo una cercana relación con Ediciones Vigía.
Al igual que en todo el país sirvió de estrado y bastión contra el olvido de Julio Travieso, Premio Nacional de Literatura, y Aracelis García Carrazana, bibliógrafa.
Varios artistas matanceros como la trovadora Lien Rodríguez, la pianista Elvira Santiago y el conjunto Atenas Brass Ensemble amenizaron la velada y alternaron su arte con diferentes textos literarios como los versos de Juan Manuel Roca y Piedad Bonet, poetas colombianos, país al que se le dedica la FIL.
Alfredo Zaldívar, Premio Nacional de Edición, director de Ediciones Matanzas y a quien se le dedica la Feria en el territorio en las palabras para dar inicio a las festividades recordó a personalidades como Rolando Estévez y Juan Hernández Milián.
Además hizo hincapié que, aunque no es de origen matancero, como diría Carilda todo le debe a la ciudad e instó a empezar el jolgorio de las letras por los que amaron la literatura por los que no están y por aquellos que quedan.
Vea aquí algunas imágenes desde el lente de Ramón Pacheco Salazar