Postales Matanceras: Un tigre en la calle Medio

En el penúltimo mes del año 1873 se exhibió en la ciudad de Matanzas, en la calle Medio Número 45, un enorme tigre. Para la fecha el hecho constituía un acontecimiento, sobre todo inusual en la historia de Matanzas.

El anunciado “tigre monstruo”, en alusión a su descomunal tamaño, se podía observar dentro de una segura jaula, desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, por el precio de 50 centavos para las damas y caballeros, y 30 centavos para los niños y las personas “de color”.

El almuerzo y la comida del felino consistían de chivos y gatos. Pero los espectadores no solo se limitaban a la presencia del animal. Con el paso de los días, los vecinos de la Atenas de Cuba, podían disfrutar de peleas entre el poderoso ejemplar y poco afortunados “perros fieros” y “chivos bravos”. Al respecto un cronista de la época comparaba esos combates con los de una mosca frente a un águila.

El 5 de noviembre una nota publicada en La Aurora señalaba que, “el tigre jaguarcito” se mudaba de la calle Medio para la de Ayuntamiento, entre Manzano y Contreras. El supuesto tigre, que en realidad procedía de las selvas de América del Sur y era un jaguar, finalmente sería trasladado hacia Nueva York en gestión de venta.

El tiempo que el jaguar pernoctó en Matanzas propició una fuente de ingresos a los pobres, especialmente a los niños “de color”, que robaban gatos destinados al voraz animal y eran gratificados por su dueño. Por esa época en la apacible ciudad de los ríos se escuchaban estas estrofas: “Con que ojo alerta / cuiden el gato/ Que por la puerta/ pasa mal rato.

(Por: Adrián Álvarez Chávez)

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