Apretó la mano de su pequeño hijo y le susurró al oído que el momento había llegado y, para disfrutarlo al máximo, debía permanecer en silencio porque así cada sonido de la naturaleza en ese hermoso amanecer quedaría grabado para siempre en su memoria como un recuerdo memorable, de esos que no se repiten con frecuencia. No se contuvo y cuando el alba dorada asomaba ante sus ojos le señaló -sumérgete en ella, atrapa cada halo de luz y no dejes escapar todo lo bello que con ella viene, porque algún día este paisaje ya no existirá, algún día a estas bellas sabanas ya no llegará la luz de igual forma – y, señalando hacia el fondo le dijo -¿Ves aquel bello árbol florecido?-pues será una de las causas de esa transformación y probablemente ya tus hijos y nietos no podrán disfrutar como nosotros de esta bella formación vegetal tan espectacular.
El padre permanecía inmóvil, contemplando a su pequeña creación brillar más que el sol que se asomaba entre la vegetación, donde las palmas juegan un rol ecológico importantísimo y le atribuyen un alto por ciento de encanto a la escena. Volvió a mirar los rayos solares que se proyectaban sobre el junco de la zona inundada, para darle unos tonos cálidos que no se logran observar en otras plantas acuáticas en todo el humedal. El niño sintió curiosidad sobre este árbol pues no le veía nada de dañino y a decir verdad cualquiera que no conozca a la Melaleuca o más conocido en la Ciénaga de Zapata como Cayeput, creería que resulta una bendición contar con este bello ejemplar entre las especies que por acá existen. Pero no es así, el Cayeput es una de las tantas especies exóticas invasoras que han llegado a Cuba y que hoy constituyen una amenaza directa a los ecosistemas típicos de la Isla.
Se dice llegó a la Ciénaga desde el continente australiano, durante los planes de desarrollo turísticos en el complejo Boca-Guamá a principios de la Revolución y que básicamente se utilizó en la jardinería como planta ornamental por lo llamativo de su corteza y la cantidad de flores que cubren como pizcas de nieve gran parte de su copa. Los especialistas han podido determinar que es capaz de evotranspirar grandes volúmenes de agua, algo fatal para el humedal donde el agua es el principal factor ecológico. Otra característica y por lo que se considera invasor es que dispersa grandes volúmenes de semillas que germinan fácilmente en el agua, desplazando a otras especies nativas ya sean de la flora o fauna puesto que muchas aves, reptiles, anfibios entre otras que viven en herbazales o sabanas necesitan migrar ante la ausencia de alimentos o refugio.
-Pero no todo es malo pequeño- le advirtió, -existen alternativas y el hombre con su sabiduría puede llegar a lograr cosas inimaginables, inclusive hasta disminuir o eliminar las poblaciones de este árbol que ya cubre cientos de hectáreas -Resulta que posee propiedades medicinales, cosméticas e insecticidas. Ya en muchos países occidentales que han sido infestados, su uso se ha extendido a gran escala y ello ha sido de gran ayuda a sus economías y desde luego al medio ambiente. En Cuba se han dado los primeros pasos y en la Ciénaga de Zapata se ha autorizado la tala para la elaboración de repelentes y otros productos con muy buenos resultados, aunque aún resulta insuficiente debido a la poca demanda de instituciones que se encargan de elaborarlos. Por otra parte, la madera ha sido utilizada por muchas familias cenagueras en la construcción de obras rústicas como ranchones y cercas perimetrales.
Claro está entonces que la única alternativa sería la utilización de la biomasa por el hombre, puesto que intentos pasados de controlar su expansión mediante métodos manuales y químicos no resultó. Solo cuando el hombre sienta la necesidad de utilizar estos recursos se podrá dar un paso de avance en su control. Para un país como Cuba pudiera hasta ser una fuente importantísima de ingresos a partir de la elaboración de numerosos productos como lociones, desodorantes, champú; sin necesidad de importar materias primas de otros países, muchas veces a altos costos.
Mientras surgen nuevas ideas sobre como devolverle la vitalidad a los ecosistemas cenagueros invadidos por la Melaleuca, esta sigue avanzando vertiginosamente hasta cubrir vastas extensiones del pantano. Desde la propia carretera a Playa Larga los visitantes pueden ver los “cayos” que han surgido en las inmediaciones entre el Peaje y la Boca. Pronto no podrán disfrutar de las hermosas vistas que cautivan a no pocos y como al niño con su padre, no les quedará otra alternativa que decirle un último adiós al alba en una mañana cualquiera de octubre y, esperar nuevamente a que la mano del hombre tome el control sobre estas tierras. Por el momento ambos regresan más enamorados de esta bendita tierra y en ellos persiste la esperanza de poder disfrutar otros nuevos amaneceres.
(Texto y Foto: Lic. Yoandy Bonachea Luis)
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