Las pasiones de Henry

Las pasiones de Henry

Hace apenas unas semanas, cuando la limonareña comunidad San Juan se convirtió en noticia por las excavaciones arqueológicas en La Cañada, el nombre de Henry Delgado Manzor sobresalió dentro del equipo multidisciplinario. 

El espeleólogo cardenense formó parte del grupo que descubrió el asentamiento aborigen hace casi dos décadas, y fue el único de ese entonces en vincularse en las recientes intervenciones en el lugar.

Pero lo más curioso de Henry no es su persistente fascinación por la espeleología, sino su versatilidad. El miembro del Comité Espeleológico de la Atenas de Cuba, lo mismo chequea radales como meteorólogo aeronáutico, que se redescubre tras el lente capturando instantáneas. 

“Soy espeleólogo gracias a la lectura. El primer libro que leí sobre espeleología fue La Gran Caverna de Santo Tomás, de Antonio Núñez Jiménez. Con él comencé a descubrir mi interés por esta ciencia. Luego vinieron otros, todos del mismo autor. A medida que me adentraba en la lectura espeleológica, me iba maravillando, como es lógico, porque fui descubriendo aspectos que me eran desconocidos por completo. Para mí los libros de Núñez Jiménez fueron una puerta. Soy espeleólogo gracias a él, fue quien despertó mi imaginación y alimentó mi inspiración y curiosidad por conocer el mundo subterráneo”. 

Y justo fue Henry quien halló una de las asas de cerámica decorada antropomorfa de La Cañada.

“En la actualidad soy miembro del Grupo Espeleológico Carlos de La Torre. Ya son casi 20 años de exploraciones, horas de ardua faena, sudor y peligro; animado siempre por el amor a la ciencia y el deseo de estudiar, cuidar, promover y divulgar lo nuevo y hermoso que guardan nuestras cavernas, y todo lo relacionado con el patrimonio natural cubano”.

Aunque lleva cerca de dos décadas siguiendo los pasos de Núñez Jiménez, la espeleología es solo uno de los hobbies de Henry. El naturalista por excelencia labora desde hace ocho años en la oficina meteorológica del aeropuerto internacional Juan Gualberto Gómez, de Varadero.

“Trabajar la meteorología aeronáutica ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida, a la vez que una de las tareas más responsables que me ha tocado desarrollar. 

“El meteorólogo aeronáutico es esa persona encargada de vigilar permanentemente su área de responsabilidad, proporcionar información sobre el estado del tiempo a escala nacional y local, incluso internacional. Debe estar capacitado para codificar y decodificar el estado del tiempo, las condiciones atmosféricas en el momento y área correspondientes; es un trabajo importante para que las operaciones aéreas se lleven a cabo con seguridad. Se deben poseer las habilidades necesarias para la elaboración de información, interpretación y asesoría meteorológica a la tripulación del vuelo”.

Henry asegura que trabajar en el Juan Gualberto Gómez requiere de gran responsabilidad, sobre todo si se toma en cuenta que es el segundo aeropuerto con más operaciones aéreas del país, y por donde entra el 20 % de los turistas que arriban a Cuba.

“Debe tenerse en cuenta que de ti depende en gran medida la seguridad de los vuelos que llegan o salen del aeropuerto; así como el de otras aeronaves que lo usaran en caso de emergencia, como ocurrió hace poco con el avión de Sunwing 307, que salió en emergencia del aeropuerto de Santa Clara, con destino a Montreal, Canadá, y decidió aterrizar en el aeropuerto de Varadero.

“Cuando hay condiciones meteorológicas desfavorables para las operaciones aéreas, es cuando menos presionado debes estar; en muchos casos la tripulación te pide interpretación y asesoría meteorológica.  

“De nuestro trabajo muchas veces dependen las decisiones que puedan tomar el piloto, el controlador aéreo o el personal de operaciones en tierra, algunas tan complejas como desviar un vuelo hacia otro aeropuerto”.

A las pasiones por la meteorología aeronáutica y la espeleología, se suma la fotografía. Henry es miembro del club de amantes del lente de la Ciudad de las Primicias, que reúne a artesanos, artistas y profesionales de la ciencia. 

“Nos une el deseo de contribuir a la memoria histórica de Cárdenas, y desde sus saberes enfocar las disímiles propuestas. A partir de su creación, las expediciones fotográficas constituyen una de nuestras actividades principales. Estas se complementan con talleres, exposiciones colectivas e individuales, planificadas en mutua colaboración, forjando el espíritu de trabajo conjunto, que ha ido conformándose internamente de manera más sólida, con más rigor”. 

Resulta curioso entender cómo este hombre de ciencia divide su tiempo para desarrollar cada una de sus pasiones. Henry es también miembro de la Federación de Radioaficionados de Cuba, y disfruta mucho de cultivar y cuidar plantas, entre ellas cactus. “También coleccionar barómetros y termómetros, quizá sea el único del país. No conozco a nadie más que coleccione estos instrumentos.

“Mi inquietud es constante. Siempre he tratado de explorar esas oportunidades que nos brinda la vida para soñar, aprender y establecer nuevas metas, y arriesgarme en su búsqueda.

“Intereses tengo muchos, me apasionan las ciencias naturales, la fotografía, la espeleología, la historia, la naturaleza, la buena lectura. Decía Martí: ‘Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia’. Pero no hay dudas, la meteorología sigue siendo mi gran pasión”.

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2 Comments

  1. Una persona maravillosa, tuve el placer de conocerlo personalmente. Siempre activo, buscando y brindando información muy valiosa en sus redes sociales. A la caza de imagenes expectaculares de la naturaleza para compartirlas con todos.

  2. Realmemte es digno de admirar. Tengo la dicha de conocerlo personalmemte como compañero de trabajo. Son muchos sus talentos. Muy merecido este artículo.

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