Yo soy más de disfrutar los videojuegos por su jugabilidad que por su historia, aunque no dejo de reconocer que lo segundo tiene su valor.
La propuesta que les traigo hoy es uno de esos ejemplos que nos deja interactuar muy poco con el mando pero que nos deja pegados a la pantalla del televisor durante horas.
Detroit Become Human es una especie de gran cinemática jugable en la que asumimos el papel de sus tres personajes principales en diferentes momentos y situaciones de una historia interconectada.
Nosotros nos limitaremos a interactuar con el entorno, desbloquear opciones de diálogo y acción, y finalmente tomar decisiones que afectarán la evolución de la historia. Nuestro trío de protagonistas tienen la particularidad de ser androides, en un Estados Unidos futurista, donde estos asumen la mayoría de roles que los humanos no pueden o quieren hacer.
Tenemos a Connor, un portento tecnológico que ayuda a la policía a investigar casos relacionados con androides que desobedecen su programación; por otro lado está Markus, un ayudante de un pintor famoso imbálido entre los cuales se ha generado una especie de relación padre e hijo; y por último está Kara, quién ha sido comprado por un padre alchólico cuya mujer a fallecido y necesita una ama de casa que además cuide de su hija.
El juego nos llega poner en situaciones realmente complejas en la que nuestra moral estará constantemente en juego. De esta manera nuestras decisiones trazarán una ruta personal que podrá devenir en aproximadamente 85 finales diferentes.
Por encima de la ciencia ficción, la obra explora temas actuales con una profundidad impresionante, como la guerra, la paternidad, el duelo, el desempleo y la pobreza; pero sin duda el eje central de la historia es la lucha contra la discriminación.
Los androides poco a poco van desarrollando razgos humanos y con ello una conciencia que parte de un instinto básico por no querer se desconectados, algo que equivaldría a morir.
De esta manera comienza una lucha contra la esclavitud en la que “viven” que deviene incluso en varias manifestaciones. Algunos androides se resisten al cambio, otros quieren una resolución pacífica del conflicto en la que puedan convivir en igualdad con los humanos, mientras que un grupo se reconoce como superiores a sus creadores y consideran que el único camino es la guerra.
El nivel gráfico de este juego es increíble y los actores que prestaron su voz para los personajes, también son el rostro de los mismos, algo que agrego realismo a las expresiones.
Sin ir muy lejos, nuestro trío de protagonistas son encarnados por Bryan Dechart, Jesse Williams y Valorie Curry. Sin dejar de mencionar a Clancy Brown como el detective humano Hanl Anderson quien nos regala una actuación increíble.
Sin jefes finales, cosméticos que desbloquear o un mundo abierto que explorar, Detroit Become Human es un ejemplo de que existen formas novedosas de desarrollar videojuegos y que no es necesario apostar siempre por las mismas fórmulas