Ante la inconformidad con los argumentos de la respuesta publicada aquí el pasado viernes 30 de agosto, el yumurino Antonio Blanchet Marrero, autor de la misiva, revela hoy nuevas evidencias acerca del tema en cuestión.
“Me dirijo a su sección de manera reiterada para dar a conocer una vez más el estado higiénico sanitario de los edificios de la calle 344, entre 119 y 121, en el reparto Armando Mestre, situación informada además a las autoridades del municipio de Matanzas por los factores de la circunscripción No. 92 para su solución, lo que hasta el día de hoy no ha ocurrido.
“Aunque el 22 de junio se personaron en dicha área los compañeros de Hidrología e integrantes del Consejo Popular, se retiraron dejando una situación más compleja, pues en el salidero de agua potable abrieron un hueco para llegar a la tubería. Por consiguiente, quedó el mismo salidero y la red hidráulica al descubierto. Ahora es una piscina profunda y llena de agua.
“Existe, por ende, el peligro para quienes transitan por el lugar, sobre todo para los niños. El pasado 16 de agosto la vecina Magaly Armas firmó una denuncia para la sección Reporte Ciudadano, del periódico Girón.
“Por otro lado, el vertimiento de residuales lo trasladaron del edificio de la calle 344 y 119, para los inmuebles de los CDR No. 11, 12 y 13 de la propia calle 344, frete al consultorio médico situado en la calle 115 final.
“La falta de chapea y acumulación de desechos sólidos afecta la salud y calidad de vida de los residentes en la zona. Están creadas las condiciones para la propagación de virus y enfermedades.
“Causas objetivas y subjetivas influyen en todo este estado de cosas. Por ello, me apoyo en los derechos que como ciudadano me otorga la Constitución de la República y exijo respuesta en los términos establecidos”.
Ante la ineficiente contestación del pasado viernes 30 de agosto, firmada por la presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular y el intendente, expresé:
“(…) es incomprensible para quienes lean esta columna –y más para su escribano– que un problema haya demorado más de dos meses en responderse, y luego la solución se resuma en tan solo cuatro renglones (…)”
Por último, durante la conversación telefónica que sostuve con el remitente, este informó que nadie lo visitó y mucho menos firmó él documento de conformidad, lo cual revela ausencia de rigor profesional durante el proceso. Falta además la verdad, algo sumamente peligroso en una respuesta de este nivel. Apartado 1433 abre su espacio una vez más al debate público, en aras de la solución del agudo problema.
