Todos los que tuvimos la oportunidad de jugar una Nintendo 64 recordamos con cariño al Star Fox, un equipo de cuatro pilotos de naves conformado por un halcón, Falco Lombardi, un conejo, Peppy Hare, una rana, Slippy Toad, y el protagonista al cual encarnábamos, un zorro llamado Fox McCloud.
Junto a nuestro equipo debíamos combatir a las fuerzas robóticas del malvado científico Andross para garantizar la seguridad del planeta Corneria y la galaxia en general. En el bando enemigo también estaba el equipo de mercenarios lobo dirigidos por Star Wolf, quién intentarán darnos caza en varios puntos de la aventura.
Una trama sencilla y hasta cierto punto infantil que no era más que una justificación para ponernos a volar de un planeta a otro disparando a las naves enemigas mientras realizábamos acrobacias imposibles, todo para encontrar al mini jefe de turno, derrotarlo y viajar al siguiente destino.
La mecánica jugable fue innovadora para la época al darnos una increíble libertad para movernos por los mapas y lograr que las batallas aéreas se sintieran realmente emocionantes y frenéticas.
Aún así, su punto fuerte era la posibilidad de escoger nuestro propio camino y la exigencia constante de proteger a nuestro equipo porque en instancias del juego podrían llegar a morir lo cual era irreversible. Yo personalmente tardé lo suyo en lograr terminarlo sin ninguna baja.
En una época donde apenas se comenzaban a dar los primeros pasos en el uso del 3D, Star Fox mostraba unos mundos variados y llenos de vida, con una multitud de enemigos y jefes con varias fases y patrones de ataques diversos. Lo cual le valió estar a la altura de clásicos de su generación como Mario 3D y La leyenda de Zelda.
A día de hoy, todavía abro de vez en cuando el emulador en la PC y juego un par de partidas. La experiencia ya no es la misma porque el título a envejecido, pero la nostalgia me permite disfrutarlo como la primera vez que tuve el control de la nave tipo Arwing y volé por el espacio.
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