Esta Isla que no olvida

Poster de Cuba

“Para los cubanos, azar o consecuencia, la migración no es solo ese proceso antiguo y natural de estar hoy aquí y mañana quién sabe. Es casi un estado del alma. Un soltar lastre. Decir hasta siempre o hasta nunca. Todo demasiado radical: a lo cubano. Justo por ello, azar o consecuencia, la presente colección de historias, más que el hecho mismo de la migración, parecería tener como real ley motive a la nostalgia: ese perro rabioso que a cada paso nos muerde los calcañales. La nostalgia por la partida, la ausencia, el reencuentro. La nostalgia como Pangea, supercontinente emocional ante la existencia de fronteras físicas. Rabia, ironía, humor, desencanto, hay de todo en estas historias, ricas y variadas como la vida misma. Desnudeces del mundo privado de muchas familias como carne pública. Historias dedicadas a esos que dejaron de estar, a nosotros mismos que ya quizás no estaremos” (contraportada).

El silencio de los cristales: cuentos sobre la emigración cubana es el título de la selección de relatos cortos compilada por Lázaro Alfonso Díaz Calá y publicada por Ediciones Unión. Dichas narraciones abordan un tema tan sensible y doloroso que resulta una lectura extremadamente personal para todos los cubanos.

En un tono sereno y reflexivo podemos apreciar el esfuerzo para reunir en un libro todo lo relacionado con la emigración, pero sin un sello político que lo mediatice, con lo que realza su calidad como obra, sumándole a esto la coherencia en el balance de los textos y la belleza estética de las historias.

El mensaje contenido en las páginas llega al lector de manera clara, puesto que el lenguaje empleado por los autores resulta coloquial y directo. Rabia, desencanto y demás sensaciones bien conocidas por todos los cubanos se amontonan en él. Son historias dedicadas a esos que dejaron de estar, o a nosotros mismos que quizás algún día ya no estemos.

En la antología, por otra parte, se desarrolla un tema que, aunque es de carácter universal, ahonda especialmente en nuestra Isla, donde lo que prevalece es lo espiritual por encima de lo económico y lo político.

Portada del libro El silencio de los cristales
Portada del libro El silencio de los cristales

No conozco a nadie que no haya sido tocado por la niebla de las despedidas. Emigrar se ha convertido en un fenómeno tan natural como acostarse a dormir cuando se está cansado. En años tan duros como estos, se hace necesario que alguien se encargue de contar las historias no solo de los que se fueron, sino también de los que se quedaron. Para ello nace este libro, para calmar un poco mediante las letras ese silencio de los cristales que nos ha llegado a gritos en estos últimos tiempos.

Frases extraídas del volumen

“Lo único cierto es el deseo de no salir hacia las calles a mirar lo que ya se sabe que existe. El problema de la moneda, la gente molesta por el calor, la suciedad, la miseria, las enfermedades de hace tiempo regresando otra vez y la tristeza en sus caras por no tener «nada, o casi nada que no es lo mismo pero es igual». Todo es un matar el tiempo sin arrepentirse luego de matarlo”.

“Son tantos los años que los sostienen que ya no pueden ser sostenidos”.

“Pero la distancia siguió separando a las familias como si estuviésemos aquí para eso, para soportar los golpes. Muchas veces me pregunto para qué sirven el tiempo, los golpes, la añoranza, y luego me respondo a mí mismo: para no pasar por alto la vida”.

“La paz nos miraba hacer y se estaba muy quieta. Gracias. ¿Por qué? Por venir”.

“En principio los amigos se iban, en principio era tan solo por unos meses, después, en principio, no regresaban, en principio una se iba quedando sola, todo eso en principio”.


Lea también

René Quirós, el reparador de sueños

René Quirós, el reparador de sueños

José Alejandro Gómez Morales – A escasos días de haber cumplido 83 años, camino de nuestra entrevista, su paso fue interrumpido en varias ocasiones.. LEER MÁS »


“Allí estábamos todos, menos Angel, que se había quedado hacía tiempo en el país donde nunca pensó vivir y que, más o menos establecido, le había mandado a la autora de nuestros días una Carta de Invitación para aniñarse con ella una vez más: Para que no sigas pasando trabajo ni hambre. Para que el período especial no se la comiera a sus 75 agostos. Para que se diera gustos y no tuviera que estar haciendo colas ni careciendo de nada”.

“Ausencia quiere decir olvido, decir tinieblas, decir jamás…”.

“Alguien la llamará, responderá alegre, hurgará reminiscencias en el silencio de los cristales cómplice del ayer”.

“Lugar común del cubano pobre y el extranjero que lo invita. Códigos invertidos de huésped y anfitrión que resultan más extraños cuando ambos son cubanos”.

“El capitalismo es duro. Gran descubrimiento. ¿Y esto qué? Tú te fuiste cuando ya empezaba a coger impulso el híbrido mutante de capitalismo y socialismo que nos tiene empantanados. Te perdiste el cómo llegamos a esto, lo peor de ambos mundos. Capitalismo en los precios y socialismo en los salarios”.

“En alguna parte debería inscribirse la memoria de todo lo que nos ha sucedido, como pensaban los antiguos”.

“Mis amigos se han ido casi todos, y el resto partirá después que yo…”.

“La verdad es la misma en cualquier parte. Te miro, detrás de tu asiento, y por un instante casi puedo imaginar que el tiempo no ha pasado, que nunca se cayó el muro de Berlín, que el futuro sigue perteneciendo por entero al socialismo, y Cuba no es un país con la juventud dispersa por los mapamundis”.

Migración
Migración

“Ni tú, ni yo, ni los que leen, ni nadie. Ni Cuba ni Chile, ni la huida ni el reencuentro, ni tu delgadez antes ni tus gafas de ahora que brillan en la madrugada que muere. Ni el dinero ni la política. Ni el capitalismo ni la virginidad…”.

“Allí, en esa tierra de nadie a la que se marchan los momentos vividos y los amigos que emigran, el pasado y los sueños rotos. Y también, ¿por qué no?, déjame soñar… nosotros mismos, enteros, los de antes. Más allá del tiempo y la distancia, felices, inocentes…. Y juntos”.

“Pero es que los besos no tienen voz, ni los quejidos saben de traducciones. Un abrazo siempre será un abrazo, en Roma, Miami o La Habana”.

“Estaba sola. Sola como tanta gente en el medio de una Isla que está, a su vez, en el centro del mar y ese mar insertado entre tantas porciones de tierra y agua que casi parece imposible ponerle un nombre”.

“En esta Isla que no olvida, que tiene la mejor memoria del mundo”.

“Je t’aime. I love you. Te quiero. lo ti voglio bene. Ich liebe Sie. Te quiero, lo digo por todos aquellos que se fueron antes”.

Sobre Lázaro Alfonso Díaz Cala

Es un narrador, poeta y compilador nacido en La Habana en 1970. Estudió contabilidad, profesión que desempeña desde 1988 en el Sistema Bancario Cubano. Es miembro de la Uneac y fundador del Proyecto de Creación Literaria Expedición y del Proyecto Haiku Monte Yoshino.

Su obra ha sido incluida en diversas recopilaciones de cuentos, minicuentos y poesía, en Cuba y en el extranjero. Textos suyos también han visto la luz en varias publicaciones periódicas y páginas digitales.

Ha obtenido varios premios nacionales e internacionales, y publicado más de una veintena de libros de diversos géneros en Cuba, España, Estados Unidos, Colombia y México.

Entre sus diversos premios se encuentran: Premio Concurso Nacional de Poesía Rafaela Chacón Nardi 2009 por El acoso de mis fantasmas, Premio David 2011 por En cada tiempo y en este lugar y Mención en el Concurso Hermanos Loynaz 2017 por Doble nueve.

Recomendado para usted

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *