A buen ritmo avanza la campaña de siembra de semillas de papa en los tradicionales territorios de la provincia dedicados al cultivo del tubérculo, cuya superficie total en la presente temporada abarcará 1 110 hectáreas (ha), 130 menos que en la anterior versión.
El depósito de simientes en los surcos comenzó por la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Gispert, de Colón, y luego le siguió otra entidad similar, La Rosita, pertenecientes a la Empresa de Cultivos Varios Lenin, de Jovellanos, que también sembrará numerosas hectáreas hasta completar las 164 ha planificadas para el municipio.
Perico, otro territorio reconocido por dedicar grandes extensiones a la papa, en esta oportunidad no será una excepción, con 368 ha, repartidas entre la Empresa Agropecuaria Máximo Gómez; las UBPC El Roque, Eladio Hernández y La Angelina; la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Alberto Delgado y en las tierras de la Empresa de Aseguramiento.
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De ellas, hasta la fecha, «solo El Roque ya tiene sembrada una buena parte de los suelos dedicados al tubérculo, en las próximas horas le seguirán los demás», aseguró el ingeniero Agrónomo Lázaro Bello Rodríguez, subdelegado de Cultivos Varios en el sistema de la Agricultura en la provincia.
Una de las UBPC más productivas y eficientes de la provincia, El Sordo, en el municipio de Martí, no quedó atrás y acomete la ardua tarea de dejar sembradas 190 ha. La fecha de conclusión para todos los involucrados es alrededor del día 10 de enero.
El citado funcionario de la Agricultura en esta demarcación provincial también precisó que, unido al cultivo tradicional y natural de la papa, habrá otro espacio destinado a la siembra ecológica de este alimento, en suelos de Cárdenas, Ciénaga de Zapata, Martí, Jagüey Grande, Perico, etc. Serán cantidades pequeñas destinadas a bateyes y otros lugares priorizados.
La campaña de siembra y atención a los cultivos cuenta con el paquete tecnológico requerido para plantas tan exigentes, desde combustibles, máquina agrícolas, fertilizantes y productos fitosanitarios para protegerlos de las plagas. Si a mujeres y hombres consagrados a esta labor la Naturaleza brinda su vital ayuda en cuanto a un clima adecuado, del surco surgirá el fruto de su laboriosidad.