Una brigada de la Cooperativa No Agropecuaria Comixvar inició las labores de reparación del Puente de Tirry en esta ciudad, un viejo reclamo de los matanceros.
En los últimos tiempos el deterioro sobre la estructura metálica llegó al punto de desprenderse algunos fragmentos, hasta que finalmente se logró financiar y concretar el proceso de remozamiento.
Los especialistas de la CNA Comixvar comenzaron a trabajar ininterrumpidamente para sustituir la totalidad de la baranda norte.
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Para cumplir con el cronograma de ejecución de la obra las labores iniciarán a las 8:00 a.m de la mañana y se extenderán hasta las 4:00 p.m, de lunes a sábado, período en que una de las sendas del puente permanecerá cerrada al tránsito vehicular.
Esta primera etapa incluye la pintura y algunas acciones en el sistema de baranda de la porción sur.
Las piezas a sustituir fueron ejecutadas en la Empresa Industrial Ferroviaria José Valdés Reyes.
Con amplia experiencia en estas acciones, la CNA Comixvar asumió en el pasado la reparación de parte del importante enlace.
Los asociados a esta cooperativa aseguran que cuentan con los recursos necesarios para culminar antes del período de 50 días pactado por contrato.
Estimado Arnaldo:
Al oir sobre reparaciones del Puente de Tirry, me vienen a la mente las parrillas que componen el pavimento de tránsito vehicular y de las aceras, fruto de la innovación y el trabajo del Ingeniero López, quien por cierto, aún vive, en el Reparto Iglesias. Los más jóvenes no conocen que el pavimento del centenario puente fue deteriorandose con el tiempo, y como solución, le añadían capas y más capas de asfalto. Llegó un momento que el peso acumulado fue tal, que el pobre puente acusaba una flecha que hubiese sido la envidia del propio Robin Hood. Apareció la idea salvadora de retirar el asfalto y restaurar el pavimento con la solución original, pero existía el inconveniente que no existía ni cómo ni quién ni con qué se elaboraban las parrillas, lo que resolvió este especialista, ya en ese momento un anirista de mucha experiencia y renombre. Hubo otra anécdota más, que habla de nuestro real maravilloso, no aparecían los remaches, y el tiempo corría. En una gestión personalísima del propio Esteban Lazo, en ese entonces Primer Secretario en Santiago, armado con una muestra de los remaches, los encontró en un depósito de ociosos por aquellas tierras, y se los envió expresamente a López, en varias cajas. Así, pudieron terminarse las rejillas de cada tipo, se colocaron en su lugar y se reinauguró el Puente.