Para Camilo, una flor…

Para Camilo, una flor…

Homenajear al hombre de la sonrisa amplia y el sombrero alón es para los pioneros de la escuela Mariana Grajales de Matanzas una tradición. Cada 28 de octubre se les ve desfilar con flores recién cortadas, de la mano de sus maestros, para depositarlas en el mar, ese océano infinito que guarda en algún lugar los restos de Camilo Cienfuegos Gorriarán, el Héroe de Yaguajay.

Quizás, sus cortas edades no les permita comprender en toda su dimensión la valía de un hombre cuya sencillez, jovialidad y valentía lo hicieron convertirse en la imagen del pueblo, ese mismo que cada octubre llega cargado de flores y de inspiración a rendirle tributo.

Camilo es para muchos de estos niños el Capitán tranquilo, de los versos de Mirta Aguirre, el guerrillero de la Sierra, eterno amigo del Che. Al que Fidel, sin temor, preguntó si iba bien, ese que protagonizó la invasión de Oriente a Occidente, como mismo lo hicieran Gómez y Maceo, muchos años atrás. Es ese barbudo de alma cálida y gran corazón, cuya partida física dejó un vacío enorme en el imaginario popular. Mas, su estirpe revive, porque en el pueblo, en Cuba, “hay muchos Camilos”, como sentenciara Fidel.

Recomendado para usted

Foto del avatar

Sobre el autor: Jessica Acevedo Alfonso

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *