Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane: Un ascensor para respetar la vida

“Cuando el ascensor no funciona, acarrea distorsiones en los procesos hospitalarios”, asegura el doctor Ariel, director del hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane, de Matanzas.

Satisface cuando un trabajo periodístico genera conciencia en la necesidad de transformar, cuanto antes, una realidad que se torna cada vez más adversa y peligrosa, porque entraña riesgos humanos.

El periodista, en tanto, ha de contar lo que ocurre en disímiles ámbitos. En este particular, entre otros asuntos, referimos las anomalías que ocasiona, al normal desarrollo de la rutina hospitalaria, la paralización, desde hace meses, del ascensor en el hospital ginecobstétrico José Ramón López Tabrane, de la ciudad de Matanzas. Y el único compromiso de quienes llevamos la pluma en ristre siempre será el respeto a la verdad, porque también es deber nuestro impulsar actitudes constructivas desde la crítica.

Recordamos, entonces, lo vital que resulta la prensa escrita cuando se reconstruye, mediante sus anales, la memoria colectiva de la sociedad.

La hemorragia obstétrica de aquella paciente desató las alarmas de los especialistas en el salón. La tensa situación no fue óbice para los procederes de rigor: intubación, ventilación a través de una máquina de anestesia y transfusión de sangre. Con inmediatez suprema, se activó el equipo médico multidisciplinario, integrado por anestesiólogo, obstetra e intensivista. Dada la gravedad, ya era inminente el traslado hacia la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital provincial Faustino Pérez. La falta del ascensor determinó la presencia de integrantes del Cuerpo de Bomberos, quienes con pericia y marcialidad llegaron al tercer piso para realizar con éxito la riesgosa operación de descenso. En el patio interior aguardaba la ambulancia del Sistema Integrado de Urgencias Médicas. Para este desenlace transcurrieron ¡siete horas!

“Los ascensores datan de muchos años de explotación, su recámara es obsoleta y las diversas reparaciones han convertido en híbrida su parte mecánica; incluso, se bloquearon las puertas, por lo que funcionaba solo uno”, afirma el doctor Ariel Rodríguez Prado, especialista de primer grado en Medicina General Integral (MGI) y actual director del López Tabrane.

Asegura Rodríguez Prado que desde 2020, aproximadamente, dicho problema viene acechando con perturbar la normal rutina del centro. No obstante, la preocupación por resolver los escollos condujo a solicitar apoyo de Cometal, mipyme estatal dedicada a estos menesteres.

Con evidente dificultad, las pacientes obstétricas desafían el altísimo puntal de la escalera. Foto: Raúl Navarro González

“Al poco tiempo, el elevador presentó problemas en el variador de voltaje, pieza indispensable, roída por la obsolescencia. Se arregló, pero volvió a fallar. Luego se trancó la máquina. Esto ocurrió en junio de 2024 y no se atisba solución inmediata.

“Funcionarios del Gobierno, el Partido y comisiones del Programa de Atención Materno Infantil han visitado el hospital, interesados por la afectación que perjudica su dinámica”, precisa el galeno.

Sin embargo, durante las pesquisas para la concreción de este reportaje, el equipo periodístico conoció que en el hospital Ciro Redondo García, de Artemisa, se hallan desde hace más de un año dos ascensores cuya adecuación requiere de obra civil, pero que, en cambio, son los idóneos para el López Tabrane.

Por otro lado, una fuente de información de Cometal, que declinó dar el rostro durante el proceso investigativo, se pronunció en destacar que el problema radica en el déficit financiero del país, pues hace más de cinco años que no se compran piezas para Salud Pública.

Si es así, entonces, ¿por qué no incluir en algún plan económico de Salud Pública o el Gobierno la solución del ascensor?, ¿cuántas veces se ha impuesto al Minsap la necesidad de resolver el vital asunto? Con perseverancia se ha de triunfar.

El cuerpo de guardia se volvió un hervidero. En la camilla, la paciente con posición pelviana del feto, ya estaba en fase activa del parto. Por tratarse de cesárea anterior, en solo minutos requería de operación urgente, por presentar además pie en vagina. El elevador no habilitado obligó a la transformación radical del panorama. Fue necesario trasladarla a la unidad quirúrgica ginecológica, en la planta baja del edificio, y no a la unidad obstétrica del tercer piso, que posee óptimas condiciones. A pesar de todo, la historia tuvo un final feliz, gracias a la profesionalidad del equipo quirúrgico.

De seguro que, con sus 20 años como anestesióloga, la doctora Kenais Montejo Carmenate puede afirmar que una vida que nace alumbra el mundo. Ella se desempeña como jefa del Servicio de Anestesiología. Atento, a su lado, el doctor Frank Díaz García, especialista en Ginecología y Obstetricia desde 1998, asiente ante la exactitud de las palabras de Kenais.

Para esta experta, la rotura del elevador “prolonga la estadía postoperatoria y entorpece el flujo de la unidad obstétrica. El hospital adolece de cuidados intensivos; por ende, el traslado requiere de los bomberos, pues se trata de pacientes intubadas. Ello implica riesgos; además, todo se detiene para alistar de nuevo el salón”.

Más explícito aún: tras el parto fisiológico o la cesárea, en el tercer piso, las pacientes, luego de la recuperación, deben ir escaleras abajo en busca de la Sala de Puerperios, en el segundo nivel del edificio.

Reconocidos especialistas, como Kenais y Frank, puntualizan que las pacientes graves intubadas se trasladan con apoyo del Cuerpo de Bomberos, lo cual entraña riesgos. Foto: Raúl Navarro González

HISTORIAS PARA TENER EN CUENTA  

Para la doctora Yamira López García, directora general de Salud Pública en Matanzas, “la provincia se inscribe entre las de mayor incidencia de la restricción del crecimiento intrauterino (RCI)».

Confirma la especialista de primer grado en MGI y Reumatología: “Esto provoca alteración del desarrollo celular, afecta la hemodinamia fetal y, después del nacimiento, se mantienen estas variaciones. Por ejemplo, son niños propensos a muerte súbita y en edades adultas pueden padecer de cardiopatías y enfermedades cardiovasculares.

Lea también: El 2024 y sus retos en la Salud Pública

“Cuando la RCI se asocia a la prematuridad extrema (entre 26 y 32 semanas de embarazo) tiene alta mortalidad”, explica sabiamente la exdirectora del López Tabrane.

Según estadísticas, el 60 % de los prematuros nacidos en la institución el pasado año presentó esta condición. “Suponemos que la covid-19 en más de 2 000 pacientes obstétricas sea una causa. No obstante, en ese período, fue baja la tasa de mortalidad”.

Con gentileza, Rodríguez Prado, el director, apoyó el diálogo con cifras: “En 2024 en el hospital se reportaron 7 217 ingresos, con 3 097 nacimientos, para un índice ocupacional de 90,6, lo cual resulta negativo, pues complejiza el proceso”.

El hospital más antiguo de Cuba, con gran similitud en su diseño original, aún ofrece vitales servicios a pacientes de toda la provincia de Matanzas. Foto: Raúl Navarro González

Relató el galeno la bella historia de Melissa, la niña prematura que nació a las 27 semanas y pesó tan solo ¡800 gramos¡ Luego de permanecer 99 días en una incubadora del Servicio de Neonatología, partió para su hogar, en Gelpi, con el peso establecido.

De ahí que, entre las áreas vitales del centro, se inscriban, precisamente, Neonatología, con la doctora Liliana Amieva Ruiz al frente; Cuidados Especiales Perinatales y la Unidad Obstétrica.

Al Banco de leche humana, con moderno equipamiento donado por la Unicef, concurren las madres recién paridas que la donan voluntariamente. Foto: Raúl Navarro González

En resumen, un hospital digno de referencia en la salud pública cubana por la experiencia de su personal y las proezas que a diario protagoniza, sin darse cuenta de que son héroes anónimos por la vida.

La rotura del ascensor en un hospital clasifica como un problema de alta sensibilidad, porque no se trata de cualquier ascensor. El riesgo lo asumen a diario pacientes graves o aquellas que por vía fisiológica dan luz a un nuevo ser. Ojalá este material se convierta en punto de partida hacia la solución, porque la vida hay que quererla con fiereza, con ternura.

Datos históricos:


Este centro se inauguró oficialmente el 24 de julio de 1838, con el nombre de Hospital de Santa Isabel. Fue una de las construcciones más imponentes realizadas en Cuba, debido al reconocido arquitecto francés Julio Sagebién. En 1947, recibió una restauración capital y se sustituyó la fachada neoclásica original. Desde 1962, lleva el nombre del joven mártir José Ramón López Tabrane. El recinto conserva como reliquia histórica la celda donde estuvo el poeta Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), horas antes de ser fusilado.      


Recomendado para usted

Foto del avatar

Sobre el autor: Fernando López Duarte

1 Comment

  1. Felicito al autor del artículo ,por representar con objetividad y valentía tan sensible artículo ,y me duele como Mara cero que suceda estas cosas en un hospital ,por eso felicito una vez más a la dirección del periódico por preocuparse y editar estos artículos de este grupo de periodistas ya con experiencia y los de nueva generación
    Da pena y vergüenza que las autoridades de la provincia no hayan resuelto esfácelo situación m,ni en Haití
    Y me da pena que haya poco o ningún comentario sobre este delicado problema que afecta a las madres de la provincia .Y felicitar a esos médicos enfermeras personal técnico y trabajadores de todas las áreas por estar trataba di bani esas condiciones
    Escribí esto porque soy antes todo cubano y Matancero y me duele que pase esto ,y critico lo malo pero no dejo reconocer la situación económica del país

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *