Josué en plana acción competitiva durante la cita escolar nacional. Fotos: Cortesía familiar
Para el nadador Josué Pérez Barrios no hay imposible al existir voluntad y entrega sistemática en la preparación físico-técnica. Lo acaba de demostrar en los Juegos Escolares Nacionales, cuyas competencias de natación tuvieron por escenario la piscina de la Eide Mártires de Barbados, de la capital cubana.
Con poco más de cuatro meses de entrenamiento desde su llegada al Complejo de Piscinas Baraguá, de La Habana, el bisoño atleta, de la categoría escolar 13-14 años, da muestra de tener cualidades para lograr importantes resultados, y hace unos días se situó entre los primeros con la conquista de una medalla de oro en los 100 metros estilo pecho, con tiempo de 1:15;00 minutos, plata en los 50 (33:95;00) y 200 (2:51;00) en la propia especialidad, e igual resultado en los relevos mixto combinado y mixto en libre.
“Esta es la competencia más difícil del año al concurrir los mejores nadadores de cada provincia, e incluso algunos que no asisten a otras por invitación para reservar energías y hacerlo en los Juegos, con el objetivo de alcanzar medallas, las más valiosas a este nivel”, manifestó Josué, instalado en la comodidad de su hogar, en el reparto El Naranjal, de la Ciudad de los Ríos y los Puentes.
Dijo que dedica estas preseas a Jexika y Elieser, sus padres, quienes lo acompañaron cada jornada competitiva, con viajes diarios para estimularlo con su presencia, así como a quien siempre ha confiado en él como entrenador, Pablo Ernesto Hernández Villalonga, “el que se mantiene al tanto de cada una de mis actuaciones. Siempre me felicita e insiste en pulir cualquier deficiencia con el ánimo de incrementar el nivel competitivo y mejorar resultados”.
En la actualidad lo prepara Débora Campos Gómez, de la que recibe todo su caudal de conocimientos y experiencias, además del cariño que profesa a sus alumnos, quienes por lo general conquistan una buena cantidad de laureles en distintas justas, incluidas las Copas Guamá y Radio Bayamo.
“También exige una buena conducta, sobre todo en la puntualidad a clases de natación y el cumplimiento del programa de ejercicios teóricos y prácticos, ya sean individuales o colectivos para la correcta formación de relevos, incluidos los mixtos. Ella no concibe las indisciplinas de ningún tipo, las considera muy graves».
“Además, sabemos que solo atendiéndola aprenderemos cuanto nos brinda de técnica. Solo así seremos mejores. Este es un deporte de ciclo corto en la vida de los atletas, y hay que subir de escala rápido. Es lo que siempre nos dice. No podemos perder tiempo en la piscina y el aula”, aseveró Josué, quien cursa noveno grado y en todos los casos disminuyó los tiempos individuales en comparación con otras competencias.
Actuación decorosa
La delegación matancera, compuesta por seis integrantes en la categoría femenina y siete en la masculina, tuvo una digna representación, al apropiarse de varios títulos.
Por ejemplo, Lorna Castellanos se adueñó de una medalla dorada en los 50 metros libre y tres de plata. De estas últimas una individual en 100 del mismo estilo, y dos en los relevos mixto combinado y de libre, además del bronce en los 50m pecho.
Ella estuvo muy bien en la última Copa Marcelo Salado, en la que se alzó con el título de Mejor Atleta al obtener varios metales de oro, plata y bronce, y de continuar por esa ruta ocupará sin duda las posiciones cimeras en la natación cubana, necesitada de figuras relevantes.
“He decidido vencerme en cada competencia, o sea, mejorar lugar y tiempos. Aprovecho al máximo cada oportunidad, fuera de la docencia y horas de estudios para fijar conocimientos. Si decidí ser nadadora lo hago a propósito, con entrega total y respeto a todos los que me apoyan en casa y en el Complejo Baraguá”.
Dayán Alonso y Ernesto Medina regresaron a casa muy contentos, porque ambos cumplieron sus compromisos de imponerse al menos en una de las finales. El primero lo logró en los 200 estilo pecho, y el otro en 50 de esa misma modalidad.
“Cumplimos con lo prometido entre nosotros: lograr resultados acordes con las energías dejadas en tantos días de preparación. Le dije a los demás, incluidas las muchachitas, no podemos quedar mal con nuestra provincia, sino demostrar que somos herederos del legado de buenos nadadores matanceros. Lo logramos apoyados por nuestros técnicos y la familia”, expresó Dayán.
“Para el poco tiempo que tienen acá es un buen resultado, y demuestra que Matanzas trabaja en el aporte a los equipos nacionales y a sus bases desde edades bien pequeñas, exigencia natural de esta disciplina por sus características. Hay que continuar una labor dura, pero que al final rendirá frutos si todos ponemos nuestra parte en requisitos y amor hacia cuanto se hace”, manifestó Débora.
Josué, Lorna y el resto de los jóvenes están llamados a estampar un sello de calidad en la historia de este deporte, y solo de ellos depende lograr ese futuro en el deporte que se considera el de mayor perfección para el cuerpo humano.
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