Curar para andar a tiempo, por Roxana Valdés Isasi
Roilán Díaz Romero bien conoce los esfuerzos que requiere mantener en buen estado su pie diabético. Este paciente recorre varios kilómetros desde el batey Juan Ávila hasta el policlínico Octavio de la Concepción y de la Pedraja, en Alacranes. Su objetivo consiste en acudir a la institución de salud y recibir atención especializada.
Hace un mes llegó por primera vez a la consulta. Con él también vinieron el miedo y la
incertidumbre, pero asegura sentirse más confiado y agradecido con el equipo médico que
lo atiende. “Me siento muy bien, observo una mejoría”, comenta.
Detrás de cada paso recuperado está la experiencia y el compromiso de la licenciada en
enfermería Francisca Cristina González Míguez, con más de 40 años de labor en el sector.
Ella lidera la única consulta especializada en pie diabético del municipio, donde junto a su
colega Yhoana Betancourt Figueredo, ambas diplomadas en el manejo del pie diabético y
en la administración de Heberprot-P, brindan atención a unos 18 pacientes activos.
“Aquí llegan personas desde lejos, pero siempre las recibimos con cariño, respeto y
profesionalidad. Es una consulta que mantenemos con esfuerzo y dedicación”, asegura
González Míguez.
El trabajo de estas profesionales va mucho más allá del tratamiento físico. Lo centran
también en el acompañamiento emocional de quienes llegan deprimidos o temerosos por
las complicaciones de su enfermedad. “Esta es una dolencia con la que hay que aprender a
vivir —explica Yhoana—. Muchos no conocen los beneficios de tratar las lesiones desde el
principio, pero con el tiempo lo aprenden y cuidan más su cuerpo y enfrentan los retos con
esperanza.”
Ambas profesionales realizan un programa de seguimiento cada 21 días, revisan el
progreso de cada paciente y los educan tanto a ellos como a sus familias, para que logren
desenvolverse de manera autónoma.
Además la administración de Heberprot-P constituye una herramienta fundamental en la
recuperación de los pacientes. Este medicamento especializado en la regeneración de
tejidos permite que las úlceras y lesiones cierren más rápido, y se eviten complicaciones
graves que podrían derivar en amputaciones.
“No se trata solo de aplicar el tratamiento —comenta Yhoana—, sino de enseñar al paciente
a comprender la importancia de cada cuidado diario.” La combinación de seguimiento,
educación y tratamiento médico integral asegura mejores resultados y mejora
significativamente la calidad de vida de quienes asisten a la consulta.
La importancia de una atención oportuna radica en prevenir complicaciones como
infecciones, úlceras profundas o amputaciones. Un tratamiento constante y correcto permite
conservar la movilidad y, sobre todo, preservar extremidades que podrían perderse por
descuido o falta de información. “Siempre les aconsejamos acudir a los especialistas
—insiste Yhoana—. A veces, por miedo o desconocimiento, los pacientes descuidan su
salud, y lo que parecía algo sencillo puede convertirse en un problema irreversible.”
La labor de este equipo médico, pequeño pero comprometido, demuestra que la
sensibilidad, la paciencia y el cariño son tan importantes como la ciencia en el proceso de
curar. En un municipio donde las distancias son largas y los recursos limitados, la consulta
se convierte en un espacio de armonía, donde cada recuperación representa no solo un
alivio físico, sino también una victoria sobre el miedo y la resignación.

HISTORIAS DE RESILIENCIA
Cada paciente tiene una historia. Algunos viven años con dolor crónico, otros enfrentan la
amputación parcial de un pie. Sin embargo, en la consulta, cada pequeño avance lo
celebran como un logro. “Ver que alguien vuelve a caminar sin miedo es lo que nos motiva
cada día —comenta Francisca—. No hay mayor recompensa que la recuperación de la
confianza y la dignidad de nuestros pacientes.”
Las profesionales insisten en que la prevención es la clave: controlar los niveles de glucosa,
revisar los pies diariamente y acudir al especialista ante cualquier lesión. “Si las personas
entendieran que cada pequeño descuido puede tener consecuencias graves, muchos
problemas se evitarían» —asegura Yhoana—.
El trabajo de estas profesionales constituye un ejemplo de entrega y pasión por la labor que
realizan. Su enfoque integral, que combina atención médica, administración de Heberprot-P,
educación y acompañamiento emocional, refleja cómo la salud pública puede generar un
impacto profundo en la vida de las personas.
Para los pacientes y sus familias, este espacio representa mucho más que un servicio
médico: es un lugar donde renace la confianza, la esperanza y la seguridad de poder
caminar. (Por: Roxana Valdés Isasi)
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