Carmen Alonso no es matancera. Reside en el Consejo Popular de Calabazar de Sagua, en el municipio de Encrucijada, provincia de Villa Clara. Desde su perfil en Facebook accedió a Girón en esa plataforma digital y, con sublime delicadeza, elogió al APARTADO 1433. Al mismo tiempo, comentó su preocupación.
“De veras amigo —se acerca al periodista, como si lo conociera de siempre—, no entiendo por qué no tengo derecho a los productos que entregan en la bodega a las personas que consideran vulnerables, si soy una anciana de 76 años, vivo sola, no tengo hijos y percibo un retiro de 1 600 pesos. Si logra saberlo, me escribe”.
Y claro está, con más ímpetu y responsabilidad que los acostumbrados, decidí consultar a Belkis Rubiera García, subdirectora de Prevención y Atención Social, de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, quien, además de ofrecer los argumentos pertinentes, se comunicará con la entidad homóloga en Villa Clara, en aras de obtener la atención personalizada a Carmen Alonso.
Informa Rubiera García que “la Asistencia Social (AS) en Cuba protege a los núcleos familiares catalogados como vulnerables, así como a personas que no pueden laborar por determinadas razones. Se trata, en este caso, de una anciana que recibe una cuantía salarial superior a 1 543 pesos, prestación mínima otorgada por la AS.
“No obstante, la situación que afronta Carmen puede analizarse de manera excepcional, atendiendo a sus problemas de salud y otros aspectos, como la calidad constructiva de su vivienda, por ejemplo.
“Los productos que se depositan en las bodegas en calidad de donación se entregan después a núcleos familiares protegidos por vulnerabilidad económica. Para incluirse con ese derecho, ella debe solicitar la visita a su domicilio del trabajador social de su circunscripción, quien realizará la caracterización socioeconómica, el diagnóstico, y delineará las acciones para la solución del caso.
“Por otro lado, todos los adultos mayores que vivan solos y no posean familiares obligados a prestarles ayuda pudieran contar con la presencia de un trabajador social que los apoye en la solución de las necesidades materiales más perentorias, como la mensajería a domicilio (incluye la compra del cilindro de gas, productos del agro, medicamentos…), la gestión de su dieta básica alimenticia mediante el Sistema de Atención a Familias, entre otras”.
Carmen, nos complace sobremanera que desde una provincia vecina se sume a nuestros lectores. En cualquier sitio de Cuba, el periodismo ha de ser el mismo, pero si prefiere el que realizamos en tierras del San Juan y el Yumurí, no la defraudaremos.
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