El ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, y directivos de la Unión Eléctrica comparecen este miércoles en la Mesa Redonda para actualizar sobre la situación del sistema eléctrico nacional.
Ministro de Energía: La situación energética del país sigue siendo compleja
El ministro reiteró que la situación energética del país sigue siendo compleja.
Recordó que, según el plan trazado, desde inicios de año se trabajó intensamente para garantizar el servicio durante los meses de verano. “Las averías en las termoeléctricas de Mariel y Felton impidieron garantizar el servicio eléctrico en esta etapa, al perderse la reserva mínima necesaria para cubrir la demanda del sistema, situación que provoca los molestos apagones”.
Aseguró que no ha existido negligencia ni intencionalidad en estos eventos.
“Como ocurre ante cada hecho extraordinario, las averías han sido investigadas por equipos multidisciplinarios, integrados por las autoridades facultadas, y se ha demostrado que no hubo negligencia ni intencionalidad”, aseguró.
En el caso de la termoeléctrica de Mariel, la avería está en la unidad 7, donde ocurrió un incendio que además dañó sistemas e inhabilitó la unidad 6, que llevaba pocos meses en funcionamiento.
Las piezas de repuesto y equipamientos dañados tienen plazos de entrega que rebasan las 26 semanas, por lo que aún no se ha podido restablecer esa unidad.
En Felton –continuó explicando Arronte Cruz– se trabajó durante 120 días las 24 horas. Pero el incendio, aunque no fue de gran magnitud, afectó sistemas tecnológicos y, sobre todo, las columnas principales de esa unidad. “Allí hay que hacer un trabajo bien complejo, porque prácticamente hay que desmontar toda la caldera para reparar esta unidad”.
Según el sistema de trabajo de la UNE, todas las salidas imprevistas que ocurren en el sistema eléctrico nacional y las incidencias son analizadas por un grupo de expertos, se llega a las causas y se toman las medidas correctivas.
“El contexto energético es complejo a nivel mundial. En el caso de Cuba, la situación se agudiza, además, por la persistencia del bloqueo de EE.UU. Hay ejemplos concretos, hechos públicos, de cómo las medidas y sanciones impuestas por el Gobierno estadounidense han afectado directamente la ejecución de los trabajos en el sistema eléctrico y el sector energético en general”, dijo el ministro de Energía y Minas.
Precisó que 56 de las más de 200 medidas aplicadas por la Administración Trump, que siguen vigentes, afectan directamente al sector de energía y minas.
“A esto se añade la inestabilidad en las unidades de generación que están operando, por la falta de mantenimiento en la generación térmica y distribuida, donde no ha sido posible resolver todos los problemas tecnológicos que afectan al sistema eléctrico”.
Además, hay limitaciones e inestabilidad con los combustibles, por el incremento significativo de los precios y las dificultades que impone el bloqueo para adquirirlos, añadió.
“El combustible hay que importarlo desde Asia, Europa, zonas muy lejanas, porque no se puede comprar aquí en nuestra zona geográfica, y eso encarece mucho más las operaciones”.
Actualizan estrategia de recuperación eléctrica en el país
El ministro aseguró que a pesar de ser tensa la situación, hay soluciones, “pero no no son inmediatas, sino que se deben ir resolviendo de manera gradual.
“Lo más importante es que no estamos detenidos, se ha trabajado en todo momento para solucionar la situación. La estrategia se ha actualizado, manteniendo como objetivo recuperar las capacidades de generación, respaldada por un financiamiento asignado para la ejecución de este programa de recuperación gradual que permita llegar a la sostenibilidad”, dijo.
El objetivo es avanzar en la recuperación de esas capacidades, pero también ejecutar inversiones que permitan una recuperación gradual del sistema eléctrico.
Sobre la condición de gradualidad, precisó que está dada porque cuando se obtiene el financiamiento, los plazos de entrega de cada uno de los productos y materias primas que deben ser adquiridos para desarrollar las fabricaciones en el país.
“La industria está preparada para fabricar gran parte de las piezas y componentes de repuesto necesarios que hoy se emplean en las termoeléctricas, pero hay que comprar materias primas. Hay piezas que necesariamente debe hacer el fabricante de la tecnología, y tienen plazos de entrega.
“Por ejemplo, para la unidad 6 de Mariel está adquirido todo el equipamiento necesario para la reparación, pero algunos componentes tienen seis meses o más para su entrega por el fabricante, y ello imposibilita repararla en el tiempo que quisiéramos.
“Teniendo el dinero en la mano, a veces no es posible resolver las cosas al otro día, todo esto requiere de tiempo, fabricación, tanto por la industria nacional como por los talleres de la UNE, y después se necesita un tiempo en que hay que parar las termoeléctricas y los grupos electrógenos, y hacer las intervenciones para ponerlo otra vez en funcionamiento.
“Por eso es un proceso gradual, en el que se precisa trabajar por partes. Porque, aunque se tenga el dinero en la mano, no se pueden parar a la vez todas las termoeléctricas y hacer el mantenimiento.
“Lleva tiempo y recursos materiales, que la mayoría requieren recursos de importación y, aunque muchas partes y piezas se fabrican en el país, disminuyendo costos importantes, se necesitan las materias primas para fabricación y su posterior montaje en los mantenimientos que se planifican. Algunos de estos recursos ya se están importando”, explicó.
Subrayó que sostener el sistema eléctrico resulta costoso, no solo por la operación y mantenimiento, sino por el combustible que se necesita adquirir y por las inversiones que implica este sector. “Instalar 1 MW de potencia nueva puede costar alrededor de uno a 1.6 millones de dólares, en dependencia de la tecnología. Y sí, vamos a recuperar y a instalar potencia nueva”.
En medio de la difícil situación económica que enfrenta el país –continuó el ministro–, se ha hecho un gran esfuerzo para destinar los recursos financieros que necesita la generación eléctrica, pero no ha sido posible asegurarlos todos.
“El deterioro en la generación térmica y en la distribuida por la falta de mantenimiento, provocada por los efectos de la pandemia de covid y la coyuntura internacional, ha hecho imposible que se pueda solucionar todos los problemas a la vez. Se tiene que hacer de forma gradual.
“Por ejemplo, un mantenimiento capital en una central termoeléctrica demora entre siete y ocho meses, a veces hasta un año, y requiere enormes volúmenes de recursos”.
“Esta es una industria que no para, que trabaja 24 horas”, dijo, y aseguró que en todo momento se trabaja intensamente en todos los mantenimientos, limpiezas, los mantenimientos parciales, parciales ampliados y en los capitales, que se empezarán a proyectar a partir de contar con los recursos que se están buscando para recuperar los ciclos de mantenimiento perdidos.
Según Arronte Cruz, la estrategia gradual pretende que, antes de concluir el año, el sector recupere 489 MW de potencia, que hoy no están disponibles, de los cuales 291 MW son por limitaciones tecnológicas en centrales térmicas y 198 MW en la generación distribuida.
“Es un balance. Aunque algunas unidades recuperen capacidades de generación, en otras se pierden, porque hay que pararlas para darles mantenimiento. Por tanto, hay que entender que algunas unidades se recuperan y otras salen, para darles mantenimiento y recuperarlas”.
El ministro informó que otras proyecciones son incorporar, a finales de año con otras inversiones, 531 MW, complementadas con un programa para reforzar el plan de contingencia dirigido a reducir la demanda y el consumo de electricidad mientras dure la situación de emergencia.
¿Cuál es el estado de la generación térmica?
Edier Guzmán Pacheco, director de Generación Térmica de la UNE, recordó que la generación térmica en el país cuenta con 20 bloques generadores, de los que 16 están disponibles. Cuatro están en un estado efectivo de baja técnica temporal, a partir de averías de gran magnitud.
Guzmán Pacheco recordó el incendio ocurrido el 7 de marzo de este año, en la unidad 7 de la termoeléctrica de Mariel, que provocó la pérdida de ese bloque y del No. 6. Este último bloque, nuevo, se había sincronizado en septiembre de 2021 y estaba en proceso de prueba. En total, 170 MW de potencia fueron afectados.
El 8 de julio ocurrió otro incendio en la caldera del bloque 2 de Felton, que provocó la pérdida de un bloque que recién concluía un mantenimiento parcial ampliado, al que se le había dedicado parte importante de los recursos existentes. “Se estimaba un aporte estable de 230 MW como parte del aseguramiento al verano”, dijo el directivo.
Por último, hace un mes, el bloque 4 de la termoeléctrica Diez de octubre, en Nuevitas, se paralizó por el alto grado de deterioro en la caldera, luego de más de 10 años sin realizar, por falta de recursos, los mantenimientos capitales que se programan cada lustro. Eso significa unos 70 MW.
“La pérdida de estos bloques es temporal, pero la recuperación no es inmediata. Cada uno de ellos tiene un alcance previsto y un programa bien definido para recuperar sus potencias, pero no en todos los casos contamos con los recursos financieros, con montos millonarios, para su recuperación definitiva y llevarlos a su potencia nominal”, explicó el director de generación térmica de la UNE.
Comentó que en el caso del bloque 6 del Mariel, el país ha hecho un enorme esfuerzo y a partir del financiamiento, más del 95 % de los recursos necesarios han sido contratados. “Algunos recursos tienen hasta 40 semanas para su entrega y se discute con los proveedores la reducción de los plazos. Creemos que para finales del primer trimestre del 2023, este bloque puede estar generando establemente”.
En el caso del bloque 2 de Felton, Guzmán Pacheco explicó que el fuego afectó las columnas principales de la caldera, a pesar de la corta duración del incendio. Ya hay un equipo trabajando intensamente, como en Mariel. Allí no se dañaron muchos de los elementos de intercambio, sí las estructuras, y se requiere el desmontaje completo de la caldera.
“Estamos obligados a desmontar prácticamente toda la caldera de forma controlada y realizar la conservación. Al mismo tiempo, hay que hacer un estudio de vida residual y determinar el estado de cada uno de estos elementos, para después evaluar si se justifica o no volverlos a reutilizar con el objetivo de garantizar la confiabilidad y alcanzar la potencia de 250 MW nuevamente”.
Además, hay que reconstruir todas las estructuras que sufrieron daños o deformaciones mecánicas por el incendio. “Hay disposición de la industria nacional para reconstruirlas, pero hay que comprar las materias primas para construir, dar tratamiento y montar. El tiempo estimado del proceso es de no menos de un año.
“Tenemos un presupuesto estimado de unos 55 millones y en este momento no contamos con ese financiamiento. No nos detenemos, seguimos el proceso de desmontaje, pero necesitamos ese financiamiento para concluir”.
En el bloque 7 de Mariel –explicó Guzmán Pacheco– se dañó la estructura del techo en el incendio, “eso lo vamos a reconstruir con fuerzas nacionales, pero requiere una sustitución de la turbina, el generador y todos los equipos auxiliares de caldera, parte eléctrica y automática. No tenemos el financiamiento, que en el caso de este bloque oscila aproximadamente entre 90 y 100 millones de dólares”.
El bloque 4 de Nuevitas pudiera estar antes. “Trabajamos intensamente en alcanzar una solución parcial y segura que nos permita volver a poner el bloque en funcionamiento en el corto plazo. Quizás en unos 40 días, pero no a su potencia nominal, sino que solamente entregue una potencia superior al mínimo técnico y de esta forma permita poner en vigor el contrato que se negocia para la reconstrucción total de este bloque, que requiere mantenimiento capital, y su entrega con una potencia de 125 MW”.
Para garantizar el financiamiento, Guzmán Pacheco dijo que se buscan opciones de crédito, ya que se requieren entre 100 y 110 millones de euros.
“En este escenario, a los 2 608 MW instalados en la generación térmica hay que restar la potencia de estos cuatro bloques: 565 MW de potencia instalada y unos 460 MW de potencia real”, dijo el directivo de la UNE.
El resto de los 16 bloques del sistema se mantienen en explotación y generando, pero pueden estar con niveles de averías y también con trabajos de mantenimiento. “En el día de hoy amanecimos con un bloque en mantenimiento Renté 3 (90 MW), y el bloque 2 de la Ernesto Guevara (100 MW) y el bloque 1 de la Felton (260 MW) con averías”.
El director de Generación Térmica de la UNE, dijo que en el bloque 1 de Felton, la turbina, afectada por un incendio años atrás, es totalmente nueva. “A la caldera se le sustituyeron los agregados que estaban en peor estado técnico, pero no todos, lo que obligó a hacer un nivel de soldadura entre agregados nuevos y tuberías que tenían ya un nivel de uso.
“Este bloque se sincronizó en julio de 2021 y ha presentado inestabilidad por fallas en tuberías de caldera, precisamente en las uniones y tubos que no fueron sustituidos”.
El ingeniero explicó que la turbina es un equipo principal muy complejo y su montaje estuvo a cargo de una empresa extranjera, supervisada por el fabricante y con la participación de técnicos de la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (EMCE) y de la propia termoeléctrica.
“Ese equipo fue construido en 2018, con el uso de tecnologías modernas. Tanto el diseño como la construcción tienen incorporado el uso de las técnicas computarizadas que permiten una alta precisión en todos los elementos. Hay que recordar que la turbina más moderna del sistema eléctrico es precisamente Felton 2, diseñada en la década del noventa y puesta en servicio por primera vez en el año 2000.
“Por tanto, todas las normas y técnicas de mantenimiento convencionales que hasta el momento se usan en el resto de las turbinas, allí no funcionan, tanto para la explotación como para el mantenimiento. Allí hay que ser más específicos, más refinados, a la hora de las tolerancias, la precisión, los cálculos y las intervenciones”.
Precisó que esa turbina está en fase de asimilación por parte de la operación y de los técnicos, “lo que se ejecuta sin participación de empresas extranjeras, tanto para la explotación como para el mantenimiento, por el alto costo de las asistencias técnicas extranjeras y las limitaciones financieras y, además, por el continuo asedio que impone el cerco económico de Estados Unidos”.
Sobre el bloque 1 de Felton, explicó que hubo un fallo de lubricación durante una parada, que trajo consigo el incremento de la temperatura de algunas de las chumaceras de la turbina y esta, a su vez, arrastró el material antifricción. “Varias personas se nos han acercado proponiendo soluciones y hay que decir que no nos sirven las chumaceras de la turbina del bloque 2, paralizado, precisamente porque son turbinas diferentes, por diámetros, cargas, de distintos modelos”.
Sobre la necesidad de trasladar las chumaceras a La Habana para su reparación, dijo que este proceso de reparación o reconstrucción necesita mucha precisión.
“Afortunadamente, hemos contado con la transferencia tecnológica de algunos países amigos para realizar el rebabitado o fundición del material antifricción de forma centrifugada, lo cual garantiza que no existan fallos ni poros en el material fundido. Luego hay que realizar las comprobaciones por varios métodos, ultrasonido y defectoscopía a color para garantizar la inexistencia de fallas de fundición y luego el maquinado y la medida final de una alta precisión”.
En el caso de estas chumaceras, refirió que no cuentan con los planos dimensionales. Gracias a la utilización de los equipos de escáner láser 3D del Grupo de la Electrónica, no han demorado más de 10 horas para la terminación y uso posterior de los planos, lo que nos ha permitido trabajar.
“Los planos de esos equipos son propiedad de los fabricantes y casi nunca los dan, no se entregan así, sin un precio, e incluso no los ofrecen aunque pagues”, añadió.
“Tenemos el compromiso y el objetivo de encontrar el punto óptimo de los trabajos y acciones que garanticen que este bloque se incorpore a la generación en el menor tiempo posible. No podemos tomar decisiones a la ligera en cuanto a los trabajos de la turbina.
“Los mejores técnicos e ingenieros con que contamos están involucrados en este trabajo y todas las acciones se discuten y se colegian. No se pueden realizar todas al mismo tiempo, hay que ir midiendo y calculando el impacto de cada una por separado”, sostuvo el director de Generación Térmica de la UNE.
En este momento se está terminando la reconstrucción de las chumaceras dos y tres de la turbina y el martes se revisaron la chumacera cuatro y uno, sin que se hallaran defectos.
Comentó que el lubricante es algo a lo que se le ha prestado una atención muy precisa, cumpliendo los protocolos y garantizando su filtrado y limpieza antes y durante el funcionamiento de la turbina.
“Paralelamente, se profundiza por medio del uso de técnicas de rayos X, ultrasonido y líquidos penetrantes en las uniones de los tubos en la caldera para encontrar posibles defectos ocultos, corregirlos y evitar que, una vez que se vuelva a poner en funcionamiento el bloque, continúen ocurriendo salidas imprevistas del bloque”, concluyó.