Aún no ha comenzado el período lluvioso y ya el Sistema de Salud matancero se prepara, como cada año, para el enfrentamiento al dengue, una de las peligrosas enfermedades transmitidas por vectores, que se caracteriza por una marcada incidencia en la región.
“Se trata de una enfermedad endémica y presente en todo el área tropical. Tiene varias formas de presentación y evolución; las graves, en este caso el shock, son de muy alta mortalidad”, explica Andrés Lama, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
“El mosquito Aedes Aegyptis, su transmisor, habita en aguas limpias y en depósitos no saneados dentro de nuestras propias viviendas; de ahí la importancia de su control desde la familia y los moradores de casas y centros de trabajo.
“En el 2024 la enfermedad se manifestó con la presencia del serotipo 3, de cuatro existentes. A finales de año, se introduce en la provincia el serotipo 4, mostrándose un pico de transmisión que declina en el mes de diciembre. Ello pudiera complicar el panorama epidemiológico cuando comience la temporada lluviosa, pues, unida a las altas temperaturas, se propicia una mayor propagación del dengue”.
—¿Cómo prevenir, entonces, los temibles números rojos de una epidemia en aumento?
—El saneamiento constituye lo más importante, tanto intra como extradomiciliario, eliminar todo posible criadero del vector y desarrollar acciones comunitarias, poner toda la sociedad en función de ello.
“Hoy no tenemos en el país zika, chicungunya ni fiebre amarilla. Esta última presenta brotes en la zona amazónica de Suramérica y representa un peligro para Cuba, pues se transmite por el mismo mosquito Aedes Aegyptis. Sin embargo, el Sistema de Salud, tanto a nivel nacional como en Matanzas, cuenta con un control sanitario internacional en fronteras y una estricta vigilancia para evitar su introducción al país. De igual forma, se vigila el paludismo, que no hay en la Isla pero sí en nuestra área geográfica, África y Asia, donde provoca miles de muertes.
“Matanzas se encuentra preparada, como todos los años, para el enfrentamiento a la contingencia desde la lucha antivectorial hasta la asistencia médica en consultorios, policlínicos y atención hospitalaria.
“Siempre recomendamos a nuestro pueblo acudir tempranamente a los servicios de Salud ante la aparición de fiebre, con o sin otros síntomas.
“Resulta vital la intersectorialidad y el compromiso social en el control, pues nos afecta a todos, sin distinción.
“Asimismo, pudiéramos tener transmisión de Oropouche, porque existe el vector en la provincia. Esta enfermedad manifiesta muy baja gravedad y mortalidad, aunque pudieran darse cuadros severos en personas inmunodeprimidas o con enfermedades complejas como el cáncer. Su cuadro clínico es parecido al dengue, con fiebre y malestar general, incluyendo rash; de ahí la importancia de buscar asistencia médica para el diagnóstico y tratamiento acertado”.
—Cárdenas tiene una situación compleja por la transmisión de hepatitis A. ¿Qué hacer? ¿Cómo prevenir su aparición en otros territorios?
—Las enfermedades de transmisión digestiva comprenden un grupo que va desde las diarreicas agudas, pasando por las hepatitis virales o el cólera, esta última no existente en Cuba, pero al igual que la fiebre amarilla sí está en el área geográfica, por lo cual se mantiene una estricta vigilancia, desde el control sanitario internacional hasta las atenciones primarias y secundarias de Salud.
“El intenso calor, el deficiente saneamiento ambiental, que transita por los residuales sólidos, líquidos y los vectores, así como la calidad del agua que consumimos y el manejo de los alimentos, hacen complejo el panorama epidemiológico, susceptible de ser mejorado con el concurso de toda la sociedad.
“¿Qué se puede hacer? Hervir o clorar el agua de beber; mantener los alimentos protegidos contra vectores y altas temperaturas; consumir alimentos seguros, sobre todo los elaborados fuera de nuestra viviendas y centros de trabajo; lavado de las manos después de realizar necesidades fisiológicas y antes de ingerir alimentos; depositar los residuos sólidos tapados en lo posible y en lugares adecuados fuera de las viviendas; saneamiento ambiental de los poblados y ciudades.
“Insisto en la necesidad de acudir tempranamente a los servicios de Salud, con énfasis en edades pediátricas, adultos vulnerables y embarazadas, así como pacientes con enfermedades crónicas, propensas a complicaciones, infecciones y deshidratación, que pudieran comprometer su salud”.
—Refería que en esta época del año preocupa, además, la leptospirosis. ¿También es prevenible?
—Las enfermedades zoonóticas son las que se transmiten de los animales al hombre. Es cierto que la que más nos ocupa es la leptospirosis, transmitida fundamentalmente por el contacto de piel y mucosas con la orina de roedores y cerdos. Al tratarse también de una enfermedad febril aguda, puede confundirse con dengue u otras arbovirosis, por lo que seguimos insistiendo en la asistencia médica oportuna.
“Algunas medidas para su prevención consisten en la protección de piel y mucosas, sobre todo aquellas dañadas, con barreras como guantes y botas de goma en personas que cosechan arroz, trabajadores agrícolas y criadores de cerdos. Es recomendable, además, proteger los alimentos de posibles contactos con roedores y, por supuesto, mantener adecuada higiene en el hogar, centros laborales y los criaderos de animales de corral. Las autoridades de Salud tienen implementado un sistema de vacunación antileptospirósica, mayormente en grupos de riesgo.
“Quiero recordar que los principales guardianes de la salud individual somos nosotros mismos, por ello debemos conocer cómo prevenir estas enfermedades que siempre van a estar presentes en nuestro medio, y saber cómo minimizarlas con el concurso de todos”.
