Un envío lleno de amor y esperanzas

Un envío lleno de amor y esperanzas

Cuando de gestos de amor se trata los niños son el mejor ejemplo para ello, así lo demostraron los alumnos de las escuelas primarias José María Heredia y Seguidores de Camilo y Che, ubicadas en la localidad del Naranjal, al realizar varias donaciones para las familias guantanameras.

Entre los niños, las familias, maestros y trabajadores de ambos centros se logró donar disímiles artículos para el apoyo de la vida escolar de los niños damnificados; entre ellos, uniformes escolares como sayas, camisas, pantalones, pañoletas, zapatos, medias y mochilas. Además llegaron a entregar base material de estudio como lápices, sacapuntas y gomas.

También en la larga lista se incluyeron juguetes, ropa de bebés, niños y de adultos. Incluso entre las decenas de bolsas se encontraban artículos de limpieza y aseo como papel sanitario. Cada una de las donaciones fueron entregadas a la CTC Provincial para después llegar a su destino final, Guantánamo.

Un envío lleno de amor y esperanzas

“Estoy muy orgullosa de mi colectivo de estudiantes, trabajadores y familias que una vez más respondieron al llamado realizado para apoyar al pueblo de Guantánamo, con un gesto de solidaridad, cariño y humanismo. Honrando el nombre de nuestro centro Seguidores de Camilo y Che, pone de manifiesto los valores más hermosos del ser humano, desde los pequeños del PEATH hasta el mayor miembro de esta hermosa familia”, palabras de Amarilys Hernández González, Directora de dicho centro educacional además vinculado con la UNESCO.

No obstante, los protagonistas del día fueron los pequeños moncadistas que entendieron la importancia de esta bella acción, al menos así lo expresó la estudiante de quinto grado Liana Nuñez Naranjo perteneciente a la primaria José María Heredia: “Para mí es muy importante donar cosas que puedan ayudar a las personas de Guantánamo como ropa para que puedan cambiarse, juguetes para que los niños jueguen y comida para que las embarazadas puedan alimentar a sus bebés. Fue una experiencia muy bonita, me alegra mucho haberlo hecho.”

Un envío lleno de amor y esperanzas

Para Vilma Pérez, maestra de dicha escuela sus estudiantes tuvieron la mejor actitud que un pionero puede tener, “como cubanos que somos nos tocaba ayudarlos, no quitándonos las cosas, sino, compartiendo lo que tenemos. Ellos empezaron a hablar y a decir lo que iban aportar. Todos respondieron muy bien y dieron su granito para aliviar un poco esa situación que hoy sufre el Oriente de nuestro país.”

Una vez más los matanceros unieron sus manos y corazones para ayudar a su pueblo.

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Sobre el autor: Beatriz Mendoza Triana

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