Debo confesarles que el tema de hoy rondaba en mi agenda desde hace algunos meses, y la lectura de la misiva de Alexis Andrés Martínez Perera, residente en el yumurino reparto 2 de Diciembre, de momento lo ha catapultado a la cima del interés editorial. Se trata del actual estado constructivo, entre otros problemas, de la terminal de ómnibus de Matanzas.
Pero antes de desgranar los argumentos del lector, la rigurosidad profesional me condujo a releer el ameno reportaje El largo invierno de una terminal nórdica, del colega Arnaldo Mirabal Hernández, publicado en Girón el 24 de diciembre de 2021.
Aseveraba el periodista que “su prominente tejado metálico, muy útil para el escurrimiento de la nieve en los países fríos, se parecía desde la distancia y distingue al centenario edificio, (donde) la frialdad y la escasa luz sí han formado parte del entorno. Lo podemos confirmar en el tono sombrío del salón de reservaciones”.
Dos de mis recientes incursiones por el inmueble, que data de 1883, corroboraron lo narrado entonces por Mirabal Hernández: apareció la lluvia “de manera inoportuna para filtrarse por los innumerables orificios del techo, anegando las pertenencias de los viajeros y hasta sus ganas de viajar.
“El tétrico recuadro que allí se percibe a diario incomoda a muchos coterráneos desde hace tiempo”, afirmaba el reportero, y no dudaba que alguien, con suficiente razón, la calificara como “la peor de Cuba”.
Muchos más argumentos juiciosos encontré en el depurado trabajo periodístico, mas, lo anotado resulta suficiente para demostrar que a casi tres años de aquella exacta mirada, las cosas han ido de mal en peor. Lo asegura Alexis Andrés Martínez Perera, con su peculiar manera de expresarse:
“Los asientos rotos y la falta de pintura se añaden al pésimo estado del salón de espera. Las oficinas no poseen las más mínimas condiciones y se carece de información oportuna, si el ómnibus llegará o saldrá con retraso o a tiempo”.
Para Martínez Perera allí no existe lo que él denomina “cultura del detalle”. A ello se adiciona la ausencia de asientos en el parquecito de enfrente; más los autos particulares parqueados en los andenes, indisciplina a la vista de todos que dificulta la entrada de las guaguas.
Agradezco al sagaz remitente la variedad de propuestas contenidas en su misiva, todas dirigidas a revertir este estado de cosas, incluso algunas encaminadas “a la posibilidad de ampliar el servicio de rutas importantes”, porque, según él, “casi el 90 % pasa por la Autopista Nacional”.
Refiere el lector, y lo confirmo, que a finales de 2023 el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, visitó la provincia y recorrió centros de interés del municipio cabecera, dentro de ellos la terminal de ómnibus. “Todavía no se ven ni se han explicado (por los medios de comunicación masiva) las estrategias para el diseño de nuestra carta de entrada y salida de esta ciudad”.
En resumen: problemas objetivos y subjetivos a resolver con prioridad. Ofrecemos este espacio a los funcionarios de la Dirección Provincial de Transporte para que se pronuncien al respecto.
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Que bueno toquen este tema porque da mucho que decir y desear todo lo expuesto ante el abandono y el deterioro de la instalación asi como su servicio además nacional y extranjero es el rostro de una ciudad la bienvenida a da pena que le llamen terminal interprovincial