Fátima y el Parque de la Fraternidad, puesta en escena que se adentra en el complejo ámbito emocional de un transexual inmerso en el mundo del espectáculo y la prostitución, subirá a las tablas del Sauto durante el fin de semana del 29 de septiembre al 1.o de octubre próximo.
Esta pieza teatral está basada en el cuento homónimo de Miguel Barnet, y la protagoniza el joven actor Ray Cruz, quien también asume la dirección junto a Claudia Zaldívar.
“Es un personaje magistral, muy bien escrito”, asegura Cruz, a quien los matanceros recordarán como el maestro Manuel en la telenovela Entrega, Miguelito de Al habla con los muertos y, más recientemente, el Gaspar Santelice de El derecho a soñar.
“Ella es un volcán en erupción. Cuando me maquillo, me ponen las uñas y estoy preparándome para subir a escena, empiezo a entrar en situación y ya no controlo lo que digo, ella se apodera de mí, es muy fuerte.
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“El texto final: ‘Fátima no se rinde, Fátima es inmortal’, creo que resume su esencia. A pesar de los problemas, de los desamores, de que se ha quedado sola en este país y ya no tiene la juventud de antaño, a pesar de tantas cosas, ella sigue adelante”.
La historia de la reina del Parque de la Fraternidad ha transitado con éxito por distintos soportes, desde el cuento de Barnet, merecedor del Premio Juan Rulfo, hasta la adaptación teatral de Ulik Anello y la película realizada por Jorge Perugorría.
Ray tropezó con ella por primera vez durante la pandemia de covid-19 y lo cautivó la posibilidad de hacer un monólogo. “Leí el original y me encantó, sobre todo porque era un personaje con muchísimas aristas y uno se puede lucir haciéndolo”.
Santa Fátima de la Fraternidad llegó a escena en abril de 2022, bajo la dirección del propio Anello. La propuesta que se presentará en Sauto es una versión totalmente renovada de la obra.
“Mantenemos el texto, pero tenemos nueva música, escenografía, vestuario y maquillaje. Cambia el título a Fátima y el Parque de la Fraternidad, porque le damos mucha más importancia a ese espacio. En la puesta que dirigía Ulik, ella hacía la historia en su apartamento, y ahora la narra desde la propia plaza; de hecho, parte del decorado es una ceiba”.
El intérprete defiende su manera de enfocar el personaje desde sus vivencias y su manera de entender la cubanía.
“Me alejo de lo que se ha hecho porque es mi cuerpo, mi cara, mi voz, o sea, mi instrumento de trabajo, totalmente diferente a los que la han encarnado antes: Ulik en su momento o Carlos Enrique Almirante en la película. La hago desde lo que me duele a mí como ser humano, como cubano.
“Mi Fátima es más oscura. Ella empieza jocosa, con sus cosas simpáticas, y se va tornando sombría en la medida en que cuenta los sucesos de su vida, todo lo que le duele, le dolió y le dolerá. Pero también estamos encauzados hacia qué va a pasar con nosotros los cubanos de aquí a unos años, cuando seamos personas mayores. Básicamente porque Cuba es un país ahora mismo de personas mayores”.
Matanzas será la primera parada de esta obra fuera de la Capital, después de su estreno el pasado mes de agosto en la Sala Adolfo Llauradó.