La nota gamer: El juego de las ranas karatecas que nadie nunca terminó 

Battletoads & Double Dragon fue estrenado en el ya lejano 1993, desarrollado por Rareware y distribuido por Tradewest.

Hoy vamos a darnos un chute de nostalgia gamer para los que tuvimos la suerte de jugar en una consola Super Nintendo. En mi infancia había un juego que todo turbeador conocía por sus niveles absurdos de dificultad y porque nadie lograba llegar al final. Me refiero a Battletoads & Double Dragon.

Es cierto que siempre aparecía algún que otro niño que afirmaba conocer al primo del hermano de un socio que se lo había pasado, pero por norma era mentira. Recuerdo que por aquellas fechas debo haber escuchado una treintena de finales diferentes, algunos muy creativos, por cierto.

Cuando de pequeño el cartucho del juego cayó en mis manos y decidí darle una oportunidad descubrí que la habilidad y sincronización que requería para vencer sus niveles no tenía comparación con nada que hubiese probado antes. Incluso de mayor intenté volverlo a jugar mediante un emulador, pero me colmó la paciencia en cuestión de minutos.

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Lo que resultó una verdadera lástima porque opacaba las muchas virtudes de la obra como la jugabilidad disparatada y divertida de la misma y el arte desenfadado y caricaturesco, tanto de los protagonistas, como de los enemigos, que incluso podían golpearse entre ellos sin querer.

Battletoads & Double Dragon fue estrenado en el ya lejano 1993, desarrollado por Rareware y distribuido por Tradewest. El juego se construyó mediante la fusión de dos universos: uno en el que una familia de tres hermanos ranas mutantes peleaban contra los secuaces de una reina oscura del espacio que pretendía conquistar la tierra y en el otro, dos adolescentes maestros en artes marciales liberan las calles del control de clanes de pandilleros.

El argumento resultante de la unión es simple, ambos antagonistas se unen para conquistar la tierra, lo que provoca que los protagonistas de ambas historias establezcan una alianza similar. El concepto del juego fue visiblemente influenciado por otras obras populares de la época cómo las Tortugas Ninjas y la saga de películas “3 Ninjas”.

Las mecánicas entran en la categoría de acción “beat’em up” un género que se caracteriza por enfrentar a un personaje contra una gran cantidad de enemigos en un plano 2D, de ahí que también se le conozca como «yo contra el barrio».

En términos generales el juego no era cien por ciento destinado al público infantil, o al menos no cumple con los estándares actuales. En los modestos planos cinemáticos que nos presenta tenemos chistes sexuales e incluso racistas, y la jugabilidad ofrece altas dosis de violencia explícita.

Si quieres probarlo que sea bajo tu propio riesgo, quedas avisado, pero si por otra parte sientes curiosidad de ver el final te adelantamos el trabajo y te compartimos un enlace a un video en youtube que te lo muestra: https://www.youtube.com/watch?v=40OZdgf8A0c

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Sobre el autor: Boris Luis Alonso Pérez

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