Pinceles cardenenses en La Habana de Leal

Entre acuarelas, crayolas, colores y pinceles, desde pequeña Miriannys Montes de Oca Mirabal construyó su mundo. Apenas tenía seis años cuando comenzó su incursión por el arte, un nexo que no ha podido romper jamás.

Por estos días, el rostro de la cardenense sorprendió en la pantalla chica, y no precisamente en faceta histriónica. La artista de la plástica llegó al set de “Al Mediodía” en calidad de invitada, y es que desde hace unos meses sus obras se obsequian como souvenir a quienes concurren al gustado espacio presentado por Marino Luzardo. 

—¿Cómo comienza Miriannys en las artes visuales?

—Desde muy pequeña me incliné por esta carrera y mi madre me llevaba a una academia que existía en aquella época en Cárdenas, donde estudié todos los días al salir de la escuela hasta los 15 años. En 2008 hice las pruebas de la Escuela Profesional de Arte Roberto Diago de la ciudad de Matanzas, y al culminar los estudios entré en la Universidad de las Artes en la Habana, al ISA.

—¿Por cuál de sus manifestaciones te sientes más atraída?

—Me gustan todas las maneras de expresión en las artes, incluso, fuera de las manifestaciones de las artes visuales. Creo que el arte es uno solo, son las emociones humanas expresadas a través de símbolos y el canal para mostrarlas puede ser variado, diverso e infinito. He realizado dibujo, pintura, fotografía, escultura, performance, música, teatro; al fin y al cabo todas nacen de los mismos sentimientos. Son canalizadas en diversas ramas, pero lo más importante es esa idea inicial, el tema que se le quiere trasmitir al público. Ahora, hay algo que sí me ha acompañado desde siempre: una visión pictórica a la hora de crear obras, ya sea escribiendo o haciendo un performance, son muy visuales, como lo es una pintura. Si tengo que escoger entre todas, diría que la pintura es la base de mi pensamiento y mi más fiel compañera.  

—¿Cómo se siente una cardenense en La Habana de Leal?

—La Habana en un principio fue un reto para mí, pues apenas tenía 18 años y el mundo del arte era abarcador. Pero he aprendido que, en la carrera del arte o lo que sea que se quiera lograr en la vida, hay que colocar el primer ladrillo y mantenerse con constancia. Cuando menos lo esperes ya habrás construido todo una casa o una fortificación. El amor a lo que hagas abre puertas; al comienzo debes tocarlas, luego se irán abriendo solas y entras en un flow natural, que es una espiral ascendente como la propia vida.

“Cárdenas es sobre todo mi familia, mi hogar, mis amigos, las primeras experiencias que he tenido en esta vida, las primeras calles que caminé, las peñas de música en el museo Oscar María de Roja, la plaza Malakoff, el cine-teatro, la escuela de pinturas con sus misterios arquitectónicos, el mar tan cerca, los cangrejos, las calles estrechas que te acogen, los vecinos tan amigos, tan cariñosos, las casas pegadas, de tejas, puntales altos, aceras estrechas; la arquitectura es similar a los sentimientos de las personas que la habitan. Doy gracias por la dicha de ser matancera”.

—Has participado en ediciones de la Bienal. ¿Cómo ha sido tu experiencia? ¿Cuán importante es este evento para los artistas de la plástica?

—Las bienales en el mundo entero son momentos donde al país acuden muchos artistas, curadores, coleccionistas, periodistas, de todos lados. Es un foco grande de arte durante el período activo. Los artistas, por supuesto, quieren dar siempre su mejor obra y su calidad es mayor. La ciudad se llena de emplazamientos en la calle de esculturas, instalaciones, y el público que no acude normalmente a las galerías puede disfrutar de ellas. He participado en tres Bienales de la Habana (2015, 2019 y 2022), y en la Bienal de Venecia del 2019. Creo que son eventos importantísimos para todas las naciones. El arte le da vida espiritual a los pueblos, y para el caso de los artistas es como un reto superior a cumplir, el desafío se nos pone alto y debemos responder de la misma forma.

—Se te ha visto en el programa “Al Mediodía”. Algunas de tus obras se obsequian a los entrevistados. ¿Cómo surgió este vínculo y cuán importante ha sido para ti?

—Creo que nada es casual. Si observamos bien la vida, vemos que está llena de conexiones aparentemente imprevistas; nos coloca personas en el camino o nos pone en el de alguien por algún motivo. Nuestra misión es saber escuchar y ser una vasija, un receptor atento, un mediador para construir algo valioso en este mundo durante el tiempo que nos toque vivirlo. Digo todo ello porque los proyectos algunas veces me nacen del corazón, pero otras muchas llegan de forma simultánea como es el caso de «Al Mediodía». En febrero participé en el Evento de Arte y Moda por Fábrica de Arte Cubano; estuve realizando un performance, teatralizado con la música que hice hace un año y con la visualidad de mis pinturas en la puesta en escena. Uno de los actores que conocí durante el evento es productor del programa y me invitó.

—¿Otros proyectos en los que estés inmersa?

—Pronto expongo en la galería La Nave, que pertenece a Génesis Galería de Artes de la Habana. El 26 de mayo tengo una exposición personal. Para el mes de junio, me invitó la Galería Galeano a una exposición colectiva, que se hará en la antigua fábrica de bicicletas. Es un espacio muy amplio e interesante.

“Estoy trabajando en colaboración con el proyecto Musécole, en unión con  la embajada de España, que está convocando a varios artistas para el próximo año hacer una exposición grande, con catálogos y talleres.

“Cuando estoy terminando una serie, siempre surgen ideas para futuras exposiciones y tengo en mente el próximo trabajo personal que me gustaría hacer. Todas las ideas que me llegan las archivo, en algún momento se logran materializar, a veces tardan años, pero lo importante es dejarlas por escrito para que cobren vida en el tiempo preciso”.

Se descubrió entre crayolas y acuarelas y ya no tiene fronteras en el arte. No solo los pinceles cardenenses de Miriannys desandan La Habana de Leal, también lo hacen su histrionismo, su desbordante talento, su dulzura y su sencillez.