A Ylona puedes encontrarla en cualquier bar perdido en una oscura callejuela de un espaciopuerto. Seguro observa a contraluz el brebaje dorado de su interior, fermentado del musgo de una lejana luna congelada, y que de tan fuerte está prohibido en la mitad del Cúmulo de planetas. Déjala en paz. No te acerques a ella ni para preguntarle en qué momento del ciclo de rotación estás. No se molestará en observar el comlog que lleva en la muñeca. Solo te arqueará una ceja y dirá: “Vete al demonio”.
Nadie puede interrumpir su lento proceso de autodestrucción. Si quieres ayudarla, dile al barman que le sirva un trago que va por ti, el lector de A la sombra del Mundo Hogar, o mejor, que va a la cuenta de Piad, quizás así se digne a mirarte, quizás así te cuente parte de su historia.
A la Sombra del Mundo Hogar (Casa Editora Abril, 2022), novela del joven autor Raúl Piad Ríos (Matanzas, 1989) y ganadora del premio Calendario, convocado por la AHS, en la categoría Ciencia Ficción en el 2021, nos cuenta la historia de Ylona Ibarra. Es la misma a la que ahora el barman, una especie anfibia de un planetoide en la periferia del Cúmulo, le ofrece con una mano membranosa el trago que le pagaste.
Ella, después de trabajar por algunos años de independiente, una fusión entre detective privada y mercenaria, regresa a Vangelos por el llamado de una vieja amante y traficante de información, quien necesita que localice a un empleado suyo que posee la identidad de un pez gordo anónimo que puede cambiar la estructura de poder del bajo fondo del universo.
A partir de ahí se desarrolla una trama donde interviene lo policíaco, esa que Borges llamó la más pura de las literaturas porque toda ficción busca develar una verdad, pero lo oculta con rejuegos líricos y menudencias. Ylona, como te pudiste percatar, no tiene paciencia para juegos; a ella dale un objetivo y suéltala tras la pista.
Sin embargo, ella no es “holmiana”, o sea, este tipo de detective analítico sin conflictos internos; sino más cercana a los protagonistas de las novelas negras. Dentro de ella lleva extraviado, en algún alelo terrícola y literario, el legado de Phillip Marlowe, de Sam Spade, del Deckard de Harrison Ford en Blade Runner. Es gente que, de interactuar con tantas personas rotas, algo hizo crac dentro de ellas y solo el sarcasmo y el alcohol pueden mantenerlos coherentes.
Quizás lo policíaco sea lo aparente-evidente; no obstante, no constituye el leitmotiv de la novela. No es lo que impulsa la evolución de los personajes ni lo que provoca la reacción en cadena de acontecimientos que nos conduce al final del libro. Esa función le corresponde a la más vieja de las trampas, el amor, entendido como la búsqueda de la felicidad al crear lazos afectivos y recíprocos con otra persona o en este caso con una djalshi. Ylona regresa a Vangelos en búsqueda de redención y nostalgia. Más allá de las recompensas monetarias prometidas y sin esa justificación, sencillamente, hablaríamos de un texto completamente diferente.
El worldbuilding (la construcción del mundo, de la sociedad) se basa en la space opera clásica, con su respectiva diversidad de planetas, especies extraterrestres y naves espaciales que pueden viajar a velocidad de la luz. La ciencia ficción hace mucho tiempo que no es propiedad exclusiva de la literatura, sino que se ha movido hacia otras plataformas y otros lenguajes como el cómic y los videojuegos.
Quizás esta sea una de sus mayores fortalezas, porque el escritor puede apropiarse de diversos códigos que cuando vierte en la hoja de Word en blanco da un resultado diferente. En A la Sombra del Mundo Hogar esto se nota, sobre todo, en el ritmo de la narración, con similitudes a la sucesión de las viñetas de un cómic y al uso de motivos e ideas de videojuegos de culto como la saga Mass Effect.
Raúl asume un narrador en tercera persona, mínimo y minimalista, sin grandes aspavientos, pero efectivo como herramienta para poner en movimiento a los personajes y para bosquejar el contexto tecnológico. Muchas veces rozan la hard ciencia ficción (tecnicismos y explicaciones científicas sobre objetos y procedimientos que sirven de utilería en el texto) y los retruécanos sociales del escenario en que transcurre la novela.
Ylona recibe el trago que el barman le brinda. Este señala hacia donde estás tú con su mano membranosa y ella te observa de arriba abajo. Hace un gesto con la cabeza para que te acerques. Acuérdate que tienes que decir: “Vengo de parte de Piad”. Entonces ella te regalará una sonrisa fría y filosa: “Si Piad no quiere que le rompa los dientes, pregúntale qué significa, por fin, la frase ‘A la sombra del Mundo Hogar’”, te advertirá y luego se tomará todo el contenido de un vaso en un trago.