Es común encontrar en la casa sede de la Acaa cardenense el arte fuera de soportes convencionales. Basta con acercarse a ese espacio donde confluyen la creación de aficionados y profesionales para quedar atrapado con la majestuosidad de trazos dispersos en sillas, mesas, y cuanta superficie sea capaz de darles cobija.
Pero lo más fascinante es que muchas de estas obras son fruto de Jinete Azul, un consolidado proyecto de los artistas de la plástica Reynaldo García Márquez y Yanet García García que vincula a niños y adolescentes con lápices y pinceles.
“Desde que terminé mis estudios en la academia profesional de Artes Plásticas Roberto Diago, estuve vinculado en la Casa de Cultura, al Centro Vocacional de Artes Plásticas. En el 2014 comencé como artista independiente, pero mantenía ese deseo de seguir enseñando a los niños. Por eso, primero con grupos más pequeños, luego con más grandes, decidí crear este proyecto de artes plásticas”, rememora García Márquez.
El proyecto “es una forma de agradecer y reconocer esta oportunidad que tuvimos de ponernos preparar, apreciar y desarrollar el talento y el amor que sentimos por esta manifestación artística”, confiesa Yanet. “Mientras uno trabaja con los niños, recibe lo que los niños tienen para dar. El arte infantil es genial, y yo aprecio mucho su creatividad y la espontaneidad”.
Jinete Azul, surgido entre 2015 y 2016, obtuvo su nombre de una obra de Franz Marc, exponente del expresionismo, movimiento cultural surgido en la Alemania del siglo XX que se evidenció en disímiles manifestaciones del arte, con especial énfasis en la pintura.
“El jinete como símbolo de ese deseo de transitar, galopear, de ese interés del niño de caminar por las artes plásticas. El azul es el color del sueño, de la esperanza, del deseo de crear”, comenta Reynaldo, quien asegura que se motivó, además, porque siente que conecta con la cultura de la Ciudad de las Primicias, donde son comunes jinetes y coches.
“Lo integran fundamentalmente niños y adolescentes, a partir de 5-6 años de edad. Tenemos diferentes grupos, que incluyen uno de primera categoría, con niños que van hasta el tercer grado. Los de secundaria los atendemos por separado, porque ahí es cuando ya el infante decide si quiere prepararse con más rigor para una posible entrada en la Academia Profesional de Artes Pláticas”, refiere el artista.
Jinete Azul tiene como fin desarrollar en los niños el interés por las artes plásticas, “y también cierta sensibilidad hacia el medio. Creo que toda manifestación artística tiene que motivar al individuo desde sus primeros años de vida a sensibilizarse en el mundo, a amar la naturaleza, a quererse, a ir más allá de lo que se nos presenta ante nuestros ojos, de soñar, crear perspectivas paralelas a la realidad que vivimos, de ser creativos y dar riendas sueltas al intelecto. Desarrollando la estética vamos desarrollando la ética en las futuras personas”.
Meryl Herrera de la Paz se ha unido como instructora al sueño de Reynaldo y Yanet. “Para mí como maestra es la oportunidad de regalar conocimientos a esos pequeños, de ayudarles a descubrir el increíble mundo del arte y sus infinitas posibilidades, enseñarlos a que se inspiren de su imaginación y que nada es imposible con esfuerzo y perseverancia”.
Varios salones inaugura la Acaa cardenense a lo largo del año, en su mayoría de carácter provincial, donde es común encontrar las obras de los pequeños artistas en la versión infantil de cada evento.
“Mayormente las técnicas son dibujo, es decir grafito sobre hojas, y también acrílico sobre cartulina. Alguna que otra vez usamos la técnica mixta, que es el la técnica del colage vinculado al tratamiento pictórico con soluciones acrílicas. Actualmente no trabajamos con óleo, porque lleva una que otra química que puede ser un poco peligrosa”, comenta García Márquez, artista con una consolidada obra que trasciende fronteras.
Igual de trascendentales son los logros de sus pupilos, premiados en concursos municipales, provinciales y nacionales. “Algunos han entrado en la Academia de Artes Plásticas, los que deciden continuar su formación como artistas”, confiesa orgulloso. “Otros, aunque no han podido alcanzar esa meta, se mantiene con nosotros porque, más que nada, ese amor por las artes plásticas lo llevan consigo, y por encima de un título necesitan sentirse bien con lo que hacen. Son niños que siguen trabajando para lograr una manera de crear y de decir a través de las artes plásticas”.
Junto a sus instructores, los “jinetes del arte” tratan de ser más atrevidos y romper esquemas, lo que aumenta su motivación y creatividad. “Hemos trabajado en mesas y en los bancos de la Acaa, y eso es muy bueno, porque el niño ve que las artes plásticas no se limitan a un soporte bidimensional, sino que en soportes tridimensionales y otros espacios también se pueden desarrollar estos contenidos.
“La Acaa es un espacio muy importante, tanto para los artistas plásticos y artesanos de la ciudad como para nosotros. Ha sido el lugar donde hemos podido efectuar nuestras actividades, y que es ahora mismo la sede de Jinete Azul. Allí labora un personal de excelencia, con mucha sensibilidad. En la maravillosa galería que tienen hemos podido exponer los resultados del proyecto”.
Para este mes de diciembre, Jinete Azul tiene prevista una muestra en la casa sede de los artesanos artistas cardenenses, donde se exhibirán algunos de los logros de los pequeños creadores.
