Con diversas actividades para todas las edades, inició la Feria del Libro en Matanzas. En esta ocasión la misma resulta especialmente emotiva tras la pausa generada por la Covid-19.
Lea más: Feria del Libro en Matanzas, una fiesta con la cordura que lleva
Desde bien temprano los más pequeños tomaron los espacios de Narváez y la Vigía, para marcar el inicio de la fiesta literaria.
También durante la primera mañana de la Feria del Libro en Matanzas, este jueves 12 de mayo, el Museo Palacio de Junco acogió el Coloquio por el centenario de la poetisa Carilda Oliver Labra. Participaron el destacado intelectual cubano Virgilio López Lemus, la editora Marvelis Betancourt y los poetas Luis Lorente, Israel Dominguez y Derbys Espinoza.
También desde la Galería Taller Mederos se realizó la presentación de dos libros. Estos fueron comentados por Roberto Capote Peón director de la Galería de Arte de Colón José Miguel González.
Mientras tanto las calles matanceras se empiezan a llenar de libros y lectores, de todas las edades y gustos.
Las manos y las luces compartidas de los vigías
Hay un viejo spot de bien público que nos legó una frase que ha quedado en el argot popular: «antes los libros se hacían con las manos». Gutenberg llegó con la imprenta y la máquina y se pierde la unicidad a favor de la distribuición.
Las manos de Elizabet Valero y Héctor Rivero no creen en Gutenberg ni en una industria cultural que nos enseñan que la belleza está en los números y no en los presentimientos e impresiones.
En la exposición Luces compartidas inaugurada este jueves en el contexto de la Feria del Libro en Matanzas sus manos nos ofrecen una reinterpretación de obras literarias de autores nacionales y del patio.
Ambos trabajadores de Ediciones Vigía, institución yumurina que se especializa en el libro manufacturado, ofrecieron una muestra de su labor en los últimos años, tanto de amplias tiradas, que en el estilo de Vigía no sobrepasan los 200, y de ejemplares únicos diseñados especialmente para la ocasión.
Elizabeth explica que ambos empezaron como artesanos en la editorial y que poco a poco los envolvió la mística del libro arte y que en la exposición, aunque se rigieron por algunos códigos que promueve la editorial, también sus propia subjetividad.
La máquina de escribir de Bukowsky, el livingroom de Gastón Baquero, la camisa que se vuelve hombre del Wichy Nogueras, imaginados por las manos-imaginación de los protagonistas de la muestra regresan al mundo físico….
Héctor confiesa que antes de enfrentarse a un nuevo proyecto investiga sobre el autor para otorgarle intimidad a los textos.
Hoy en día, medio año después de las zonas rojas, a semanas que Elon Musk compró Twitter , aun hay quien hace los libros con las manos, las mismas manos con las que cargan la jaba con los mandados, con las que gesticulan porque los cubanos dicen muchas veces más con las manos.
(Noticia en desarrollo)
(Por: Giselle Bello, Arnaldo Mirabal y Guillermo Carmona)