
Cuatro campanas de bronce, de la primera mitad del siglo XIX, se ubican en la torre central de la Iglesia Parroquial de Ceiba Mocha. Procedentes de fincas y cafetales de la comarca fueron donadas al templo católico. Entre estas, una del cafetal Limón, fechada en 1840.
Generaciones de pobladores de la pintoresca comunidad rural las han tocado en múltiples oportunidades y ante disímiles situaciones.

Diferentes toques se ejecutan ante el fallecimiento de adultos o niños, para misa, o el repique de arrebato ante incendios y otros desastres. En actividades festivas como La Candelaria, muchos escuchan con el tañer de las campanas: “Perico gallina, gong, gong…”
Como insomnes centinelas, elementos de la cultura, religión y tradición popular, hay en Mocha campanas que hablan. (En coautoría con Janny Rubio y Elvis Martínez)
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