
El béisbol, tan arraigado a la cultura que fue proclamado patrimonio de la nación, es el deporte nacional en Cuba. Sin embargo, actualmente atraviesa una crisis.
El deporte de las bolas y los strikes enfrenta problemas amplios. En los últimos años, se ha debatido la deserción de atletas en torneos internacionales del equipo nacional. El caso más conocido fue el abandono de la delegación por parte de los hermanos Gourriel, el 8 de febrero de 2016, en la Serie del Caribe en la República Dominicana.

Desde entonces, situaciones similares aumentaron durante los torneos internacionales, afectando la moral del equipo Cuba. El gobierno de Donald Trump canceló el acuerdo entre la Federación Cubana de Béisbol y las Grandes Ligas estadounidenses, lo que tuvo un gran impacto.
El bloqueo afecta la adquisición de implementos deportivos de última tecnología y piezas para remodelar los principales estadios del país. Esto ha causado la suspensión de muchos juegos por problemas en las torres de iluminación. Además, muchos no tienen gradas detrás de la zona de los jardines, lo que afecta la asistencia del público. Pero ante estas circunstancias no podemos quedarnos de brazos cruzados.
Es vital que las instituciones deportivas tomen medidas para mejorar la calidad de nuestro deporte nacional, desde homenajes a glorias deportivas hasta el rescate de competiciones para aumentar el nivel de la pelota cubana.
Este año se rescataron dos torneos que impulsarán el béisbol: El Torneo de Clubes Campeones y la Serie Nacional de Béisbol Sub-23, donde los jóvenes más destacados pasan al estrellato, que sería la Serie Nacional o la Liga Élite.
Desde su creación en 2014, la Serie Nacional de Béisbol Sub-23 es clave para la formación de talentos y probar a los jugadores jóvenes que vienen de categorías inferiores. Es una fragua de carácter donde los jóvenes adquieren experiencias decisivas en un entorno competitivo sin distracciones. Por ello, el regreso de este campeonato tiene un valor simbólico incalculable.

El equipo de Matanzas, dirigido por Lázaro Junco, intentó clasificarse para los play-offs, pero fue imposible, a pesar de mostrar un mejor desempeño que en ediciones anteriores. En 2014 y 2017, los Cocodrilos alcanzaron el tercer lugar bajo Arlet Vázquez, pero en 2022 terminaron últimos. Por ello, en 2025, quisieron dejar una excelente imagen en cada partido.
En un grupo complejo, con el actual campeón nacional Villa Clara y equipos talentosos como Cienfuegos y Mayabeque, los pequeños Cocodrilos no pudieron con el reto. Toca seguir preparándose y pulir las condiciones de una excelente nómina, encabezada por su histórico mánager y talentos como Silvio Iturralde, Hanyelo Videl y Yoandy Jiménez.
Iniciativas como el Sub-23 son necesarias para que el béisbol se consolide como la pasión de todos los cubanos. Con el regreso de este torneo, ya son cuatro los campeonatos a nivel nacional y en cada uno surgen nuevos talentos que defenderán al equipo nacional en el futuro. (Por: José Carlos Argotte Rosales, estudiante de Periodismo)