
Si alguien dijo que la ciudad que le faltaba al mundo era Matanzas, se pudiera decir después de cuatro días de Encuentro Danzonero Miguel Failde In Memoriam que el danzón era el mundo que le faltaba a Matanzas. Quizás a Matanzas no, no pequemos por chovinistas: a la Isla.
Este domingo 30 de marzo con un concierto de la Camerata Romeu quedó concluido el evento que reunió a señores que salen de sus pueblos nada más que cuando deben ir a un turno médico en la cabecera provincial, bailadores que desempelcuden su levita los sábados cuando toca Casa del Danzón, músicos profesionales y bailadores amateurs.

Esta edición se le dedicó a varias figuras históricas que ayudaron a la conformación o promoción del género, entre ellos Antonio María Romeu. Por ello esta extraña tarde de domingo de las cuales Silvio dice que no pasa nada, tocó para la audiencia matancera su sobrina nieta.
A la hora de presentar el concierto María Victoria Oliver, musicóloga y profesora, comentó que Antonio María Romeu «vistió de cola larga el danzón en Cuba con su piano concertista».
Presentaron un repertorio compuesto por piezas que mezclan la música tradicional cubana con lo clásico instrumental, muchos de los temas fueron arreglados o creados por los Romeu, esa familia que tanto ha aportado y aportará a la cultura cubana.

El danzón que surgió como una forma de expresión de esa Cuba mestiza que se alejaba de los pacatos españoles y sus conservadurismos y nos dio un modo de expresión muy propio, sensual y que imita esa eterna seducción que ocurre en cualquier rincón de este país cuando dos personas se busca y se desean.
Ahora habrá que esperar a la próxima edición del Encuentro para que Matanzas, esa ciudad que le falta al danzón, el danzón que tenemos pendientes por bailar tú y yo, se transforme una vez más en un escenario donde un señor con levita, sombrero con cinta y zapatos recién embetunados te diga: ¿Quieres bailar otra vez?