El pepino estropajo Luffa Cylindrica es una planta trepadora común en Cuba, donde es conocida popularmente como friegaplatos o jaboncillo. La enredadera puede alcanzar hasta seis metros y sus hojas son acorazonadas y de color verde intenso. Su fruto cilíndrico se muestra verde y luego seco.
Estudiado por el sabio botánico Juan Tomás Roig, poseen múltiples propiedades curativas sus hojas, raíz y fruto, para el asma y la escabiosis, entre otros fines medicinales.
A sus propiedades y bondades, se unió otra muy útil, en los años más cruentos del Período Especial en Cuba. Durante los primeros años de la década de 1990, recuerdo con claridad cómo no pocos matanceros “acabaron” con la planta en zonas de El Naranjal, donde era relativamente abundante. Muchos coterráneos la emplearon para el baño diario, como una esponja natural de fácil adquisición.
Olvidado ya este capítulo, y sin tropezarme más con la singular mata, el pequeño Diego Ernesto llegó con el “extraño” fruto. Entonces la vi, altiva y desafiante. Abrazada a una mata de guayaba, mostraba oronda sus pepinos estropajos.
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Por suerte, atrás quedaron los tiempos de su uso y del baño con agua y sal. Época en que para muchos el desayuno consistía en agua con azúcar prieta (sopa de gallo); el almuerzo y la comida, en arroz de fideos con picadillo de cáscara de plátano burro, bistec de toronja y hasta de frazada de piso machacada y bien condimentada, acompañado de ensalada de verdolaga. Como postres: dulces de pepino, remolacha o coquito de zanahoria; para finalmente cepillarse los dientes con una pasta dental de bicarbonato y sal con sabor arenoso, insípido y viscoso, envasada en tubos de aluminio sin letreros ni color.
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