A la ACAA de Cárdenas casi todo el mundo la conoce y, por alguna que otra razón, casi todos también la visitan, y digo “casi” por ese temor a pecar de absolutista aún cuando sobran argumentos para aseverar.
Tan céntrica como el cine-teatro de la ciudad, la galería Massaguer o la quincuagenaria Casa de Cultura, el éxito de la institución que emerge como uno de los principales centros culturales cardenenses no está solamente en que la avenida Céspedes le roce de cerca. Con la precisión de un reloj funcionan cada uno de los procesos que radican o se vinculan a ella, la única sede de los artesanos artistas con carácter municipal, rigor tras el que sobresale un nombre a lo largo de sus casi 17 primaveras: Mauricio González Artiles.
Es extraño darse un saltico por la ACAA de la Ciudad de las Primicias y no coincidir con su fundador y presidente. Lo mismo conversa con el cantinero del salón principal, que anda por la galería Olga Vallejo interactuando con los pequeños de la escuela visitante o comparte en el “Patio de los agradecidos” con los socios fraternales sus nuevos proyectos en mente.
“Soy una persona que siempre tiene metas por lograr”- asegura- “de los que cree en la constancia del trabajo al punto de que no descanso los domingos. No dejo de laborar, no tengo días, no planifico el descanso planificó el trabajo. Considero que si algo no salió bien hoy, mañana con el doble de esfuerzo se puede lograr. Dispuesto siempre a entender a nuestra gente, a resolver los problemas y trabajar. Mis compañeros, mi equipo de trabajo puede contar conmigo para cada actividad, tarea y también para cada problema personal que ellos tengan”.
Mauricio es un cardenense nato que asegura querer morir en la tierra que le vio nacer un 23 de febrero, fecha en que celebra aniversario el Inder, una agradable coincidencia para quien además de por sus raíces y la cultura siente fascinación por el deporte.
“Siempre he intentado ser ejemplo. Fui estudiante destacado, hasta jefe colectivo, miembro de la delegación matancera al XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Participé en todos los movimientos artísticos danzarios, incluso fui alumno de Olguita Nordelo, instructora con más de 60 años de labor y que aún se mantiene en activo. En mi etapa de preuniversitario participé en las actividades de la brigada XX aniversario que se desarrollaron en Jagüey y Agramontes y me vinculé a estos profesores que después fueron mis compañeros en el movimiento cultural”.
A la membrecía de la ACAA se integró desde el año 1992 por un crecimiento muy minucioso que se realizaba a nivel nacional, aunque asegura que la inclinación hacia la artesanía artística y la popular es algo de mucho más atrás.
“Con 17 años pasé mi servicio militar en la República Popular de Angola, cumpliendo misión internacionalista y allí también estuve con ese movimiento de manualidades. Elaboramos réplicas de la bandera cubana hasta en cepillos de pasta, también hicimos muchas bisangas (collares de cuentas de colores como los usados en las religiones afrocubanas). No solo me dediqué a elaborar, sino a enseñar a otros a hacer artesanías.
“Al regresar a Cárdenas me vinculo con artesanos y artistas del territorio, profesores graduados de la Escuela Nacional del Arte y del ISA, que estaban en el combinado artístico de Cárdenas. Juntos creamos el poligráfico, una empresa de artesanía colateral al periódico Girón que estuvo entre las primeras en vincularse al polo turístico. Fue una experiencia increíble que unió al gremio, gran parte de los fundadores continuamos siendo miembros de la ACAA 30 años después”.
Mauricio González Artiles estuvo entre los primeros 12 artesanos que a inicios de la década del 90 comercializaron su obra en Varadero. “Por ese entonces se creaban los primeros hoteles mixtos de nuevo turismo. Fuimos creciendo, aprendiendo, tomando diferentes especialidades y hoy nos mantenemos ahí, y esa también es nuestra razón de ser: de alguna manera convertirnos en embajadores de la cultura cubana ante el turismo internacional, restaurando locales, decorando y ambientando espacios”.
En diciembre del 2005 se le asigna la tarea de presidente de la casa sede de la ACAA en Cárdenas puesto en el que todavía se desempeña. “La creación de esa sede fue un proceso que tomó dos años, y se extendió hasta el 18 de septiembre del 2007, cuando se inauguró. Junto a mi trabajo como presidente llevo mi proyecto propio, Vigía, fundado en 1997. Constituimos un colectivo de creación artística del fondo de bienes culturales que comercializa la obra y que expone artesanías, además de reparar, restaurar y conservar instalaciones turísticas”.
Salones de artes visuales, desfiles de moda, talleres de creación, cursos de idiomas, simultáneas de ajedrez y servicios de cafetería, son solo escasos ejemplos dentro de la diversidad de propuestas de la prestigiosa ACAA cardenense.
“Estoy contento, pero no satisfecho con todo. Lo que sí aseguro es que voy a seguir trabajando todos los días con la misma motivación. Están pasando muchas cosas pero ninguna me ha quitado el deseo de levantarme todos los días para seguir peleando, y seguir cumpliendo sueños”.
Y ciertamente las metas de este artesano- artista no menguan. Así lo corroboran los espacios físicos aprovechados, los proyectos nacientes y las nuevas alianzas que se fraguan día a día con el fin de consolidar a esta institución que sin dudas tiene en su fundador y presidente su mayor fortaleza.
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