Yu-Gi-Oh!, más que un juego de cartas

Yu-Gi-Oh! ha crecido a lo largo de los años hasta convertirse en el juego de cartas coleccionables más jugado en Cuba.

“Te voy a hablar claro, en esa gaveta tengo una cantidad de dinero nada despreciable, invertido en cartas. Esta de aquí, por ejemplo, cuesta 200 dólares, fácil, y no porque lo diga yo, o porque lo haya leído en una página en Internet; si mañana publico en mis redes que la estoy vendiendo, al momento alguien me contacta para comprarla”. 

Aquel joven de 27 años, que se había presentado hacía unos momentos como uno de los administradores de la página de Facebook de Yu-Gi-Oh competitivo de Matanzas, sostenía con sumo cuidado una valiosa pieza de su colección de cartas. Por motivos de la dramaturgia del reportaje, lo llamaremos el Admin. 

“La comunidad de duelo de monstruos es muy fuerte en la provincia y en Cuba en general. Participamos en torneos por todo el país y nos mantenemos actualizados con todo lo que acontece a nivel internacional. Es más, le puedo asegurar que nuestra comunidad tiene el suficiente nivel para topar en eventos regionales y mundiales, lo que no tenemos los recursos para hacerlo.

“Resolvemos las cartas como podemos, porque aquí no hay tiendas oficiales donde las vendan, y al final todo tiene que venir de afuera. Aún así, todo el que se dedica a esto a nivel competitivo se las arregla para armar mazos de nivel. 

“Ahora mismo, el que quiera meterse en este mundo tiene que invertir por lo menos 10 000 pesos para conseguir un deck decente y comprar los forros que llevan las cartas para protegerlas, que ahora mismo están a 60 por 1 000 pesos, si son nuevos, y entre 200 y 500 si son de uso.

“Pero el dinero es lo de menos, lo lindo de esta comunidad es cómo, a pesar de los obstáculos y los malentendidos, ha crecido a lo largo de los años hasta convertirse en el juego de cartas coleccionables más jugado en Cuba”. 

El Admin preparó café, dispuso una especie de mantel donde quedaba bien definido lo que sería una de las secciones del terreno de juego, y se dispuso a contar su historia. 

¿QUÉ ES EL DUELO DE MONSTRUOS? 

El duelo de monstruos está basado en el manga Yu-Gi-Oh!, creado por Kazuki Takahashi en 1996. En este se cuentan las aventuras de un adolescente que logra armar un rompecabezas egipcio que lo vincula a un poderoso faraón, conocido por derrotar a sus enemigos invocando a poderosas criaturas del mundo de las sombras. El juego de cartas del presente sirve para establecer una especie de paralelismo. 

Por otra parte, el duelo en sí es considerado un juego de cartas coleccionables (TCG, por sus siglas en inglés), cuyos precursores serían Magic: The Gathering, lanzado en 1993 por Wizards of the Coast en Estados Unidos, y Pokemon Card Game en 1996 en el propio Japón. Yu-Gi-Oh Official Card Game Duel Monsters sería estrenado en 1999 de la mano de la empresa Konami, y en sus inicios fue enfocado a un público infantil. 

Dispositivos como las consolas portátiles Game Boy contribuyeron significativamente a popularizar este juego en nuestro territorio.

Las reglas básicas en sus inicios eran bastante sencillas, existían tres tipos de cartas: los monstruos con valores de ataque y defensa y un nivel de estrellas que define el coste de sacrificios requerido para invocar, las magias que representaban cartas de apoyo y las trampas que servían para responder a jugadas del rival en su propio turno. 

El terreno se dispone de tres secciones, la zona de cartas de monstruos, la zona de magias y trampas, y el extradeck que es donde se almacenan los monstruos que pueden ser invocados mediante fusión. Los mazos se componen por 40 cartas o más, y ambos jugadores cuentan con la misma cantidad de puntos de vida. 

Las condiciones para la victoria eran tres: reducir la vida del rival a cero, dejarle sin cartas en el mazo para robar o un grupo de condiciones especiales como reunir en la mano las cinco cartas que representan las piezas de Exodia el Prohibido. 

Con el paso de los años, el duelo de monstruos se ha complejizado a la par que la comunidad internacional que lo practica se ha fortalecido en torno a Konami, la compañía que produce las cartas, la cual organiza torneos por todo el mundo y permite que los aficionados puedan profesionalizarse y vivir del juego. 

LA HISTORIA DEL YUGI EN MATANZAS

“Empecé a jugar Yugi en quinto grado, porque me encontré un casete con el juego para la consola Game Boy tirado en la calle. Lo llevé para la casa, lo limpié y lo probé en la mía, y por suerte salió. 

“Ya conocía de antemano, más o menos, cuáles eran las reglas, por la película de Yu-Gi-Oh, La pirámide de la Luz, y su serie animada que ponían por las tardes en Multivisión. Así que empecé a ‘turbear’ aquel jueguito y cogí un vicio que me dura hasta el día de hoy”.

El Admin paró en seco su historia y corrió hacia su cuarto para traer una Game Boy funcional, una consola portátil, con una pequeña selección de casetes. Aquel aparato no era el de su historia, pero era la muestra de cuánto empeño le dedicaba en traer al presente los recuerdos de su niñez. 

“En Matanzas el Yugi comenzó a coger fuerza de verdad en 2008, porque empezaron a venderse las cartas en los merolicos y los carnavales en sobres de 25, 50 y 75 pesos. Producto de la serie, los niños y adolescentes les iban arriba y las compraban por cantidades, intentando que les tocaran los mismos monstruos que veían en el muñequito. 

“Algo interesante es que el juego era transversal a cualquier régimen jerárquico que pudiera establecerse entre las relaciones de los estudiantes en las escuelas. El Yugi lo jugaban los ‘puntualitos’, los indisciplinados, los frikis, los repas. 

“Incluso los cartones llegaron a ser una moneda de cambio. Las cartas las compraba el muchacho cuyo papá trabajaba en Varadero y luego les regalaba un par de ellas al inteligente del grupo para que le hiciera la tarea; el pesado de la escuela se las robaba y después la maestra se las quitaba por cogerlo jugando en el aula y se las daba a su hijo. Nadie era ajeno al duelo de monstruos. 

“Esas primeras cartas con las que jugamos eran falsas, incluso había unas que tenían los sellos y el brillo y que en un primer momento pensamos que eran originales, pero las imprimían aquí mismo en Matanzas, y por la ubicación de la casa donde las vendían se les llamaba Formato Playa. 

“A finales del 2008 fue que empezaron a entrar en la provincia las primeras cartas originales. Un muchacho llamado Chuchín, hoy conocido como el ancestro, estableció una especie de reglas oficiales y comenzamos a organizar torneos en su casa. A partir de ese momento empieza a coger forma la comunidad”.   

ENTRE MALENTENDIDOS Y TABÚES 

“Desde que salió el Yugi y los chiquillos empezaron a jugar, los adultos y la sociedad en general lo veían como algo extraño. De hecho, algunos profesores de las escuelas les decían a los padres que ese jueguito volvía bobos a los niños. 

“Incluso, tuvimos amigos cuyos padres practicaban algún tipo de religión y les prohibieron jugar cartas con nosotros porque decían que Yugi era satánico o algo parecido, por la forma de los dibujos en los cartones. Un sinsentido total. 

“El duelo generaba una noción de comunidad y camaradería. La conformación de mazos y estrategias conllevaba desarrollar habilidades matemáticas, y hasta había que aprender su poco de inglés para leer las cartas que se conseguían en ese idioma. 

“Aún así, la peor manifestación de desconocimiento respecto a un fenómeno cultural como el duelo de monstruos fue en 2009 en el parque de La Jarcia, donde acostumbrábamos a jugar por las tardes.

“Resulta que los adultos que comenzaron a jugar cartas de duelo por aquel entonces empezaron a apostar con dinero real, con efectivo, y la policía los descubrió. Yo estaba en séptimo grado y puede que tuviera una sospecha de que los grandes que iban al parque apostaban, pero al final uno iba ahí a jugar con sus amigos y, a esa edad, no se interiorizan esas cosas.

“Aquella tarde nunca se me va a olvidar. Recuerdo que llegué atrasado con dos de mis amigos, porque uno de ellos se había demorado para cambiarse y a una cuadra de distancia vimos cómo llegaron las patrullas y la policía rodeó el parque.

“Los oficiales comenzaron a decomisar las cartas y recogieron a todo el que fuera mayor de edad. Los chiquillos tiraban los bolsos y las mochilas con cartas para los patios de las casas cercanas con la esperanza de que no se las quitaran y poder recuperarlas después”. 

La historia del Admin la corroboré con un joven profesor de la Universidad de Matanzas, que también practica el juego y estuvo presente aquella tarde en La Jarcia e incluso le fue requisado uno de sus decks de cartas. Que esta fuente también prefiriera mantenerse anónima demuestra cuántos prejuicios todavía existen en torno al pasatiempo.

“Ese suceso sentó un mal precedente para el duelo de monstruos y los padres que ya de por sí tenían sus dudas al respecto, ahora sí estaban convencidos de que el Yugi era algo negativo. Muchos amigos vendieron sus cartas; y pensé vender los mazos que me quedaban. 

“Por suerte, Ismel, uno de los adultos que practicaba el juego, prestó su casa para jugar por las tardes y establecimos como norma que en los duelos ocasionales solo se podían utilizar cartas como premios, y que únicamente se recogería dinero para la admisión de los torneos para poder comprar los premios.

“Aún así, la llegada a Cuba de juegos online como Dota y World of Warcraft provocó que muchos perdieran el interés en Yu-Gi-Oh, y nuestra comunidad en Matanzas se redujo a un estimado de 30 jugadores”.   

EL PRESENTE DEL DUELO DE MONSTRUOS MATANCERO 

El Admin reconoce que la llegada de Internet a Cuba cambió por completo la manera de ver y entender el juego de cartas. Los aficionados pudieron comprobar con sus propios ojos que eran partícipes de un fenómeno mundial del que disfrutaban tanto niños como adultos. 

“Los jugadores de repente pudimos buscar y compartir estrategias en foros, estar al día con las nuevas cartas y estructuras que publicaba Konami; y comenzamos a establecer contacto con comunidades de Yugi de todo el mundo.

Del 2014 en adelante ganó fuerza el duelo en formato digital mediante videojuegos y aplicaciones, una variante más accesible y económica ya que en la mayoría de los casos da acceso a todas las cartas que existen y el único gasto es el de la conexión. 

“Además, te brinda la oportunidad de competir contra jugadores de toda Cuba y de otras regiones, desde tu propio teléfono. Esto aumentó el nivel competitivo de nuestra comunidad como nunca pudimos imaginarlo, y amplió la cantidad de iniciados en el juego. 

“Ahora el que quiere comenzar en el Yugi solo tiene que descargarse una de las tantas apps (aplicaciones), completar un tutorial donde te explican lo básico, y empezar a jugar con usuarios de su mismo nivel para ganar experiencia. 

“El formato físico quedó reservado para los coleccionistas y los jugadores de lo que llamamos duelo de monstruos competitivo, que somos los que participamos activamente en torneos y los que también sacamos una ganancia de este juego. 

“En este período aparecen otras dinámicas interesantes, como es el caso de Cazador, la persona que viajaba por las diferentes provincias en busca de esas cartas que les faltaban a los jugadores de su comunidad, para completar decks y estructuras, y recibía una remuneración por dicha tarea. 

“También surge el Mediador, que era la persona con un contacto en el extranjero, el cual le permitía importar cartas o estructuras específicas, directamente desde las tiendas oficiales o los sitios de reventa en Internet”.

Matanzas ha sido sede de torneos provinciales y nacionales de la disciplina.  

El duelo de monstruos es un pasatiempo relativamente caro en el extranjero, pese a que se pueden comprar paquetes en las tiendas oficiales de Konami o en páginas de compras online a precios moderados. Las cartas raras pueden oscilar entre 200 y 300 USD, y las que posean un valor coleccionable han llegado a alcanzar cifras documentadas desde 1 400 hasta los nueve millones de dólares. 

Otro aspecto interesante es que, para la Aduana de la República de Cuba, la importación de este tipo de cartas puede entrar en dos categorías diferentes: miscelánea o producto fotográfico. Lo cierto es que el importe no es representativo del valor de mercado real de este producto, porque simplemente no se tiene en cuenta. 

El Admin reconoce que la pandemia de covid–19 afectó al juego en formato físico en su mejor momento, pero que poco a poco han recuperado la actividad. Aunque les afectan los mismos problemas que a cualquier otro deporte, como la compleja situación económica y los jugadores que deciden emigrar. 

Además, afirma que desde 2010 hasta 2023 el ranchón de la calle 30 en Varadero sirvió como sede para la mayoría de los torneos provinciales y nacionales que se realizaron en Matanzas. Los jugadores venían por sus propios medios para reunirse los sábados y disfrutar de los duelos, hasta que un cambio en la dinámica del local provocó que no pudieran jugar más. 

“A los trabajadores y la administración del ranchón de la 30, le agradecemos desde el fondo de nuestros corazones porque de verdad que se portaron superbien con nosotros y en ese lugar tenemos recuerdos increíbles; pero desde que perdimos ese espacio no hemos conseguido establecer otra sede para los torneos, que sea accesible a la mayoría de los jugadores y que la gastronomía permita que podamos pasarnos el día ahí sin tener que gastar una fortuna. 

“Ahora mismo estamos abiertos a todo tipo de opciones para, por lo menos, poder reunirnos dos sábados al mes y crear esa sistematicidad en el juego con la que contábamos hace algunos años”. 

UNA COMUNIDAD POR LA QUE VALE LA PENA LUCHAR 

El 4 de julio de 2022 murió Kazuki Takahashi, creador de la saga Yu-Gi-Oh, producto de un accidente mientras buceaba a sus 60 años de edad. Millones de usuarios en todo el mundo compartieron su dolor por la partida física del verdadero Rey de los Duelos.  

Su juego fue ganador del récord mundial Guinness por ser el formato de cartas coleccionables más comprado de la historia, con una cifra de 22 000 millones de unidades vendidas. El manga y el anime, por su parte, continúan entre los más vistos en Occidente y aún se estrenan secuelas. 

Pero uno de los puntos más importantes de la obra de Takahashi es el valor que le daba a la amistad como el más preciado de los bienes, y siempre deseó que su juego estuviera enfocado en unir a las personas. 

En el 2022, el jugador profesional de Yu-Gi-Oh! de origen colombiano Andrés Torres organizó un torneo en La Habana en el que participó. Según sus propias declaraciones, en la comunidad cubana de duelo de monstruos encontró eso que el creador del juego buscaba transmitir. 

Torres reconoció que, pese a las dificultades, los duelistas de la Isla tienen una pasión increíble y una unidad que no había encontrado en otras competiciones internacionales en las que había participado: “Los cubanos se prestan y regalan cartas, juegan en el suelo si hace falta, no juzgan a nadie por el estado de los forros o de los cartones, y uno sentía al hablar con ellos que el premio no era la prioridad, sino estar ahí todos juntos, jugando”.

El jugador profesional no quedó ni entre los 20 mejores del evento, y más tarde contó su experiencia en nuestro país en el podcast ¡Yugicast!, en el cual señaló además las dificultades de nuestros jugadores para adquirir cartas y la limitada conexión a Internet en nuestro país, pero que aún así el nivel que encontró era muy alto. 

Asimismo, el duelista colombiano señaló que, desde su apreciación, si los jugadores que llegaron a la última ronda tuvieran la posibilidad de participar en eventos internacionales, Cuba contaría ya con campeones regionales o internacionales.  

En los momentos finales de la entrevista con el Admin, le pregunté si alguna vez se había planteado dejar de jugar duelo de monstruos, y su respuesta bien vale ser el cierre de este texto: “Por encima del dinero, de los torneos, de lo gratificante que es ganar; lo que uno atesora realmente es que llegue el fin de semana, para volver a reunirse con los amigos y jugar como si más nada en el mundo importara. Esta es una comunidad que se niega a morir y por la que vale la pena luchar”.

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Sobre el autor: Boris Luis Alonso Pérez

3 Comments

  1. Gracias al autor de este trabajo por mostrarnos en este mundo tan desconocido; los jóvenes y adolescentes siempre a la vanguardia de las novedades que acontecen en otros lugares y que en las mayorías de las veces los adultos y «consagrados» no les préstamos atención.

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