Reconocida mundialmente por sus volcanes y extraordinaria belleza, Lanzarote podría ser campamento permanente para cualquier amante de la fotografía, la naturaleza y la vida con sus múltiples colores.
En una superficie que no pasa de los 1000 km cuadrados y con un total de 13 entornos naturales que superan el 40 % de todo el territorio insular, la isla se muestra al visitante como un paraíso alucinante que se caracteriza además por la arquitectura y visualidad influenciada por la contundente obra del ya fallecido artista César Manrrique.
Su economía en la actualidad está basada en los servicios con una potente industria turística a la que se le suma la viticultura con la Denominación de origen para los vinos de Lanzarote.
Montañas de ceniza, praderas de lava volcánica, paisajes lunares o extraterrestres en fuerte contraste con el blanco uniforme de todas sus casas, sus espectaculares atardeceres y el azul turquesa del mar hacen de Lanzarote un sitio especial.
Este trabajo está dedicado a Lorena y Carlitos, por su tiempo. (Texto y fotos:: Julio César García)