Un homenaje a Violeta Casal le rindieron frente a su casa natal un grupo de pioneros y trabajadores en el aniversario 31 de su fallecimiento, que se conmemora este 28 de octubre.
A pesar de que fue sustraída la tarja colocada en la fachada del inmueble en Calzada de Tirry 61 y que recordaba a la revolucionaria, los matanceros le rendimos homenaje a la locutora, actriz y revolucionaria, nos dijo el Máster Regino Rivas Díaz, presidente de la comisión de historia del Sindicato provincial de la Educación.
Estudiantes y maestros de las escuelas Franklin Gómez y Frank País, junto a miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), cederistas y federadas, repudiaron a su vez la impunidad con que Estados Unidos admite los desmanes de Israel contra el pueblo palestino.
Nos solidarizamos con la causa justa del pueblo palestino y condenamos el genocidio de los israelitas, que ha causado la muerte de cientos de niños y mujeres y de la población civil, subrayó el también profesor de la Institución Educativa Escuela Frank País García.
Violeta se graduó de Doctora en Filosofía y Letras, y en Pedagogía en la Universidad de La Habana, además de culminar sus estudios en la Academia de Arte Dramático.
Según Rivas Díaz, Violeta Casal fue una actriz que abandonó la escena en 1958 tras ser perseguida por sus actividades revolucionarias, y luego marchó a la Sierra Maestra.
Junto a Ricardo Martínez, Orestes Valera, Guillermo Pérez y Jorge Enrique Mendoza, Violeta como locutora de Radio Rebelde elevó su voz desde las alturas de la Sierra Maestra, donde su estremecedor: «Aquí, Radio Rebelde, transmitiendo desde el territorio libre de la Sierra Maestra» anunciaba un nuevo amanecer para los cubanos.
Radio Rebelde puso señal en el éter el 24 de febrero de 1958. Al inicio su tema musical fue el himno Invasor y posteriormente la Marcha del 26 de Julio.
Entre las obras que contaron con su actuación se encuentran, para el Patronato del Teatro: Arsénico para los viejos (1942); El deseo bajo los olmos (1943) ambas dirigidas por Lorna de Sosa; Un tranvía llamado deseo (rol de Estela, 1948) dirigida por Modesto Centeno; Theresa, de Zola-Job (1949), con la que obtuvo el codiciado Premio Talía; entre otras obras.
Actuó en México y Guatemala, con el Teatro Universitario, y en España, con la compañía de Martínez Trives. (Por: Hugo García/Tomado de Juventud Rebelde)