Durante el fin de semana el Cine Teatro Velasco se mantuvo lleno con las funciones de la Compañía de Variedades Circense La Rueda.
Hay varios aspectos a analizar, el público matancero tiene entre sus preferencias las actividades circenses y también la necesidad de sentirse identificado con una agrupación.
Desde hace tiempo ha existido una falta de relación de esa agrupación con el público, que muchas veces —según encuestas— desconoce que la tengamos, especialmente por la carencia de espacios fijos, de una promoción adecuada y otros aspectos, entre los que se encuentran la potenciación del turismo como espacio de presentación, el éxodo de sus integrantes, y a pesar de lo numeroso de la compañía, la repetición de casi los mismos números, en los lugares donde se presentaban, en su mayoría, no generados por la propia agrupación, y no como un espectáculo total.
En dicha agrupación, llámese Espectro, América y ahora La Rueda, es importante apuntar que hay un arsenal de artistas valiosos, algunos premiados en eventos de Cuba y el extranjero.
¿Qué está sucediendo con La Rueda?
El otro día estaba sentado en el Parque de La Libertad y en la fachada del Velasco había un cartel de la agrupación. La propaganda estaba funcionando, visibilizar una imagen y luego trascenderla con un espectáculo dio resultado, aunque vi una promoción del cine en las redes que hablaba de actividad circense pero no mencionaba a la Compañía de Variedades Circense La Rueda, del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, y eso es vital para fijar el nombre de un colectivo de jóvenes artistas y su identidad.
Desde que Yoilen Sánchez comenzó con La Rueda ha sido un fiel promotor de la agrupación. No sé en lo interno cómo funciona el colectivo, pero Yoilen, “el chino”, le ha impregnado un espíritu difusor, un hermoso logo diseñado por Frank David Valdés, una peña fija llamada La rueda de la rueda, espectáculos con una concepción grupal y con una buena dramaturgia, la inserción en otros espacios de instituciones de las artes escénicas, una intensificación de la promoción en las redes.
Iniciativas como estas hacen que fijemos el nombre y que empecemos a descubrir que tenemos circo en Matanzas y a seguirlo con sistematicidad, con la creación de espacios fijos que lo relacionen con un público y con rigor artístico en cada presentación, al que no puede descuidarse, y es algo común, a veces, el caer en la rutina.
Las tres noches a teatro lleno, incluso a pesar de la lluvia, habla de que las acciones promocionales de todos los implicados, Centro Provincial de Cine, La Rueda, fructificaron, especialmente por algo que debemos tener claro: la avidez del público por una recreación sana, y el gusto por el circo, que forma parte de una tradición.
Entonces, que siga rodando La Rueda, que una rueda, literal y metafóricamente, siempre se construye para avanzar.