Una ciudad estremecida por el teatro callejero

De intensa se puede definir la primera jornada de la presente edición de teatro callejero que por estos días estremece a la ciudad de Matanzas. El amplio programa contó con el favor del público en cada uno de los espacios, donde los niños disfrutaron de lo lindo cada propuesta.

Como un viaje a la semilla puede definirse la exposición 30 años del Mirón en las calles, que se inauguró en la tarde de este miércoles en la sede de la Uneac matancera, donde se puede apreciar lo que sería la génesis de las actuales jornadas callejeras.

En la sala se exponen carteles, vestuarios, attrezzo, junto a otros objetos de incalculable valor que han signado el devenir del Mirón Cubano, desde que en 1993 Albio Paz ideara la obra Pasos callejeros.

Desde entonces la labor realizada desde este grupo ha sido constante, y aunque ya no están presentes los padres fundadores de esta forma de sentir el teatro, como lo eran Albio y Francisco Rodríguez, su legado se palpa en cada puesta en escena de la agrupación que dirige acertadamente Rocío Rodríguez, la continuadora de este empeño que logra convocar en cada encuentro a teatristas de Cuba y el mundo.

Justo en la sala de la Uneac descansan aquellas piezas trascendentales de obras como Juan Candela, Balada del Marino, La palangana Vieja y El Viejo y el Mar.

Liuba en la Vigía

Gracias a muchas voluntades que lo hicieron posible, la cantautora Liuba María Hevia se presentó en la tarde de este miércoles en la Plaza de la Vigía, como parte de las actividades que se celebran dentro del marco de la Jornada de teatro Callejero.

Rodeada de niños, y muchos adultos que también tararearon sus canciones, la cantautora agradeció que por fin se concretara un viejo anhelo de participar en este evento de tanta trascendencia.

Temas antológicos como Vinagrito, Señor Arcoíris, el Trencito, Estela, granito de Canela, entre muchos otros fueron coreadas por los presentes, quienes agradecieron la oportunidad de interactuar con la artista.

Por más de una hora la multitud de varias generaciones sintieron el placer de asistir a un concierto donde se le rinde pleitesía a la pureza de la niñez, con letras que hablan de esa inocencia que muchos aún conservan.

Danza, payasos y más

En el Parque la Rueda, justo a un costado de la Catedral de Matanzas, los niños rieron de lo lindo con las travesuras de los payasos. Danza Espiral también participó con sus bailarines en este convite de teatro callejero que se extenderá hasta el próximo domingo. 

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Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

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