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Olguita, la Cocodrila
En las gradas se escuchan varios silbatos. Junto al sonido chirriante de los pitos, se envalentonan pregoneros, cornetas y el murmullo casi grotesco de un estadio de béisbol en Cuba.
Por la banda de primera, algo inusual para ellas, un grupo de mujeres aplaude y vitorea a todo pulmón el batazo más deseado. Una bandera las acompaña siempre. En el anverso se puede leer: “Peña Las Cocodrilas de Limonar”. Al frente del entusiasta escuadrón, una cabecilla dirige el coro de los chiflidos y aplausos, por más que la vida y las pérdidas dolorosas de los últimos tiempos intenten borrar de un batacazo su sonrisa.
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“Tengo que admitirlo —dice sin pesar en medio de los recuerdos—. Al principio, no sabía siquiera qué era una bola o un strike. Fui dirigente sindical en el antiguo Central Fructuoso Rodríguez, y ahí sí aprendí de verdad lo que era vivir la pelota”, rememora Olga Rodríguez, presidenta de la peña.
La Liga Azucarera es un evento de pelota que, en sus orígenes, devino fiesta de pueblo y pasión por el terruño. Los equipos representativos de cada ingenio compiten en busca de un ganador. Además, no pocos jugadores comenzaron su recorrido en los diamantes beisboleros por estas lides. De ahí que Olguita, como cariñosamente se le conoce, recapitule con alegría dichos pasajes.
“Con el Fructuoso fuimos a varias provincias de Cuba, como Pinar del Río, Artemisa y La Habana. Era uno de los mejores equipos de aquellos años. Conocí a los mejores. Lázaro Junco y Víctor Figueroa me ayudaron mucho. Hoy es penoso reconocer cuánto se ha perdido ese certamen, un torneo muy lindo y que llenaba de afición los estadios de las comunidades y los municipios”, cuenta la graduada de Técnico Medio en Agronomía y especialista en Sanidad Vegetal.
Creada el 14 de mayo de 2012, la Peña Deportiva Las Cocodrilas de Limonar cuenta actualmente con 20 integrantes. Gracias a la voluntad de sus miembros, se ha ganado un sitio entre sus homólogas del país.
“Cuando surgió la peña, Esteban Lazo y Tania León nos pidieron algo que intentamos cumplir todos los días: revolucionar el deporte. No ha sido fácil, pero creo que hemos estado en buena parte de los sucesos deportivos más importantes de esta provincia”.
El tesón de “las Cocodrilas” va mucho más allá de un terreno de pelota o una cancha deportiva. Ellas recogen valijas con determinados productos básicos y entregan las recolectas al Hogar de Ancianos de Limonar, un gesto humanitario que llevó algo de su huella hasta Guantánamo, como parte de las donaciones por el paso del Huracán Oscar en territorio oriental.
“Lo más importante es que todo lo que hagamos sea de corazón. Así pasa con el deporte, y por eso me duele tanto cómo hemos retrocedido en algunas disciplinas que antes eran puntales, como el baloncesto. Pero nosotras no vamos a detenernos, porque estaremos con el deporte en las buenas y las malas”, concluye quien es muy querida en el equipo de béisbol de Matanzas.
Así andan estas mujeres, siempre pensando en qué más hacer para apoyar y contribuir desde su infinito calor humano. Una peña que ya no es de Limonar, sino de Cuba y los que aman el deporte como Olguita, la Cocodrila. (Por: Carlos Manuel Bernal López)