El cementerio hundido

El cementerio de los barcos, en Cárdenas es un sitio de belleza y misticismo.

Mar, brisa, un día soleado y deseos de deleitar la vista son las herramientas que se necesitan para asistir al cementerio de los barcos, en Cárdenas. Su belleza radica, precisamente, en la destrucción de estos “viajeros del tiempo”.

“Una vez vi moverse por sí solo a uno de los barcos que aquí descansan, era como si lo estuviesen manejando fantasmas”, me contó un señor. Por muy pequeña que era en ese entonces, nunca creí la historia; pero como esta existen miles.

La imaginación de las personas vuela al llegar a un sitio así. Los colores que toman estos navíos, por su nivel de oxidación, combinan con la naturaleza que los rodea. Por eso, en más de una ocasión, este cementerio se ha convertido en el escenario para fotos de 15; más aún cuando se puso muy de moda “tomarse fotos en lugares antiguos y destruidos”. 

Durante mis estudios primarios lo visité más de cerca. En una lanchita recorrimos esas estructuras viejas, algunas casi destruidas totalmente. Varios pedazos de barcos estaban muy visibles en aquel entonces. Hoy ya no se ven. 

La calma que existe allí, el sonido y el olor del mar lo hacen único; idóneo cuando se busca un poco de tranquilidad.

Es una lástima que parte de las nuevas generaciones desconozcan este espacio, pues es elemento inseparable de la historia local. “Los viajeros del tiempo” desaparecerán un día por diversos factores. Su huella quedará en el corazón de aquellos que se inventaron historias de cómo llegaron a esas aguas, y de los que encuentran ahí la paz.   (Dayana Andux García, estudiante de Periodismo/ Fotos: Miguel Bofill Villazón)

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