Para los que están fuera del mundillo gamer, Shadow of the Erdtree es un contenido adicional del juego base Elden Ring, comúnmente denominado como DLC. Un extra que comúnmente no aporta demasiado a la obra original, pero que en este caso es una de esas excepciones que vale la pena comentar.
Elden Ring fue galardonado como juego del año en su momento, así que la desarrolladora japonesa FromSoftware no tenía nada más que demostrar. Aún así decidieron regalar a sus fanáticos una de las expansiones más impresionantes de la historia de los videojuegos.
La puerta al DLC siempre estuvo ahí, en un área secreta que cuando derrotábamos a su enemigo final nos daba la sensación de que faltaba algo. En ella nos encontrábamos con una especie de huevo enorme del que salía una mano, pero nada más.
Pues interactuando con dicha extremidad nos adentramos en el Reino de las Sombras y, sin ponerme a soltar spoilers, comienzan a responderse muchas de las interrogantes que nos quedaban del juego original, e incluso cambiaremos nuestra percepción sobre algunos personajes y la mitología de su mundo.
El arte de Shadow of the Erdtree es magistral, dándonos la sensación de que nos encontramos en una especie de sueño, en un mundo que no existe pero que sin embargo está ahí, frente a nosotros, lleno de peligros y secretos por descubrir.
Los enemigos son infinitamente más fuertes y agresivos que en el juego base, y no importa el nivel con que accedamos al DLC, la dificultad se regula para que siempre sea un reto difícil de superar, por lo que tendremos que recolectar materiales especiales que nos harán más fuertes, solo dentro del Reino de las Sombras.
El plato fuerte es la exploración, el mapa está lleno de mazmorras, catacumbas y áreas escondidas que hasta cierto punto se vuelven obligatorias si queremos conseguir esa ventaja extra que nos permita derrotar a los jefazos que se interpondrán en nuestro camino, que adelanto que son un dolor de cabeza.
Pese a que soy un jugador con experiencia en Elden Ring, sentí el combate injusto en algunos momentos, pero solo era el propio juego castigándome por no detenerme el tiempo suficiente para recorrer el área inicial. Una vez que me di cuenta de esto, los enemigos comenzaron a parecer más sencillos, sin dejar de ser un reto considerable.
Shadow of the Erdtree aporta demasiado para ser considerado solo un simple DLC, es casi una secuela con matices propios y una jugabilidad que llega a cambiar por completo gracias a las nuevas armas y artes de guerra que encontraremos.
No me asombraría que la expansión recibiera el mismo reconocimiento que el juego base, porque méritos le sobran. Sin duda es un imprescindible para los amantes de la fórmula souls y la dificultad.
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