Las bajas temperaturas han cedido un poco y a las 10 de la mañana la grama del estadio Victoria de Girón se torna caliente, el vapor todo lo invade y sudar es ley, aunque estés en el banco conversando, observando y analizando todo lo que pasa.
El sonido de los bates al castigar la esférica es uno de mis preferidos, sobre todo cuando el autor es joven y se esfuerza por ganarse un puesto en cada batazo, corrido de base o jugada a la defensa.
Alrededor de siete días de entrenamiento no son suficientes para valorar con exactitud las condiciones de cada jugador, pero la pericia del cuerpo técnico en el equipo Matanzas es más que suficiente para dilucidar las necesidades de forma individual y guiarlos durante las largas y agotadoras jornadas.
Adrián Pérez, Eduardo Parreira, Dayán Ibañez, son algunos de los que mejor se mostraron con el madero, un acápite que, según aseguró Lázaro Junco, no padece de tantas ausencias y debe ser el puntal del conjunto yumurino en el campeonato que ya toca las puertas.
“Con la ofensiva no tenemos muchas preocupaciones, es prácticamente el mismo equipo que comenzó el año pasado. El área más afectada es la receptoría, donde contamos con Andrys Pérez solamente. Estamos tratando de colegiar con otros catchers para poder tener un sustituto adecuado en caso de alguna lesión u otro problema. Llevamos poco tiempo entrenando, pues ha habido dificultades con el transporte en cuanto al combustible.
“No obstante, hemos tratado de pulir las deficiencias, hacer de la preparación un momento ameno, que eso también es importante. No se ha podido planear de manera exacta cada detalle, pues en siete días aproximadamente que llevamos aquí es algo bastante difícil”.
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Mientras buscan dónde saciar la sed, puesto que el abastecimiento de agua potable para las prácticas brillaba por su ausencia, los Cocodrilos hacían bromas, cantaban y se daban consejos a voz en cuello bajo el sol abrasador, que a mí se me torna más intenso en el coloso matancero.
El experimentado señor bateador, gloria del deporte cubano, confía en que el tiempo será el aliado de los rojos y sonriente me afirma que de esta van a salir.
“Creo que a medida que avance la Serie Nacional se podrá ir ajustando la forma deportiva de los atletas. Lo que más nos preocupa dentro del equipo es el área de los lanzadores, principalmente los abridores, unos por contrato, otros por lesiones y otras causas.
“Realmente será complicado, porque aunque la ofensiva responda en un momento determinado, si no se tiene un pitcheo que sostenga por ejemplo una ventaja mínima, las cosas no salen bien. Es ese el talón de Aquiles de los Cocodrilos para la campaña que está por comenzar. Jonder está haciendo un buen trabajo, confiamos en él, en su capacidad para transmitir conocimientos y guiar a los muchachos.
“La mentalidad es la de clasificar nuevamente. Para ello contamos con el talento de los jóvenes y el esfuerzo de los más veteranos, que tendrán que emplearse a fondo y otros tomar el protagonismo que no han tenido en otras temporadas”.
Pensando ya en el próximo 9 de marzo, fecha de arrancada del certamen, Junco mencionó algunos nombres que pudieran integrar el line up, reservándose, eso sí, el orden al bate.
“Tendríamos a Andrys Pérez en la receptoría, Yariel Duque en primera base, Aníbal Medina estaría en segunda, Moisés Esquerré en el campo corto, Luis Sánchez, el guantanamero que se incorporó recientemente a nuestro equipo, estaría ocupando la antesala, José Amaury Noroña defendería la pradera izquierda, Eduardo Blanco en el center, Ariel Sánchez iría al jardín derecho y, como designado, José Prens.
“Se ve un equipo bastante compacto a la ofensiva para enfrentar estos primeros juegos; es con lo que vamos a luchar. Esa debe ser la mentalidad, salir al terreno a entregarse sin pensar en las debilidades, aprovechar las fortalezas es el camino que tenemos por delante”.
MOVER LAS FICHAS SOBRE EL MONTÍCULO
Caras jóvenes de otros territorios abundan en los entrenamientos, pero el pitcheo es lo que más inyección de sangre nueva posee, y en eso se enfoca el trabajo de los entrenadores de dicha área, dirigidos por Jonder Martínez.
“Tenemos muchas bajas, eso es innegable, por distintas razones, ahora se unió de imprevisto el tema de la salida de Naikel Cruz; pero hay muchachos nuevos que pienso que deben hacer el trabajo y solo nos queda ayudarlos, insistir en aspectos técnicos, pulir las deficiencias y aunar voluntades alrededores de las fortalezas”.
Sobre el montículo crecen las expectativas durante los entrenamientos, apuntes constantes y llamados de atención: “Recta asere, tira recta, con ese tienes que ser guapo, es al medio, que eso no se lo espera… eso es, pegadito el lanzamiento, que este no saca rápido los brazos”. Con toda la experiencia que acumula, Jonder sabe que lo que tiene por delante es casi titánico.
“Los muchachos en verdad son inexpertos, algunos con participación en series sub-23 en un año; varios han pasado por los juveniles, otros ni siquiera han transitado por la pirámide. Entonces, francamente, lo que hay es juventud y lo que nos queda es trabajar cuesta arriba y sin miedo.
“Hay que tener claro que esto será un proceso a largo plazo, ir ajustando poco a poco, formarlos y que se fogueen a estadio lleno frente al rival. De todas maneras, hay confianza en ellos y pienso que sí pueden hacer lo que les corresponde”.
Pensando ya en un posible protagonismo y luego de las evaluaciones que se han podido realizar, los técnicos manejan algunos nombres que pudiesen estar incluidos en las rotaciones regulares.
“Tenemos el caso de Roilán Averhoff que lleva dos o tres años asistiendo a los entrenamientos y ha tenido una leve mejoría en su desempeño desde el punto de vista técnico. También Brayan San Juan, el cual regresó de República Dominicana y debe pulir aspectos técnicos. Los dos poseen buena velocidad.
“Podemos incluir a William Aguilera, que se destacó hace muy poco en el torneo Club de Campeones. Estuvimos pendiente de ese certamen y lo vimos muy bien, centrado en sus lanzamientos y la tarea que debía realizar.
“Pienso que ellos tres pueden tener cierto protagonismo y ayudar a los tres o cuatro veteranos que nos quedan y, por lo menos, intentar aguantar una ventaja o la ofensiva rival, en dependencia de la situación de juego.
«Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para lograr la clasificación. Sabemos que el staff de lanzadores es pilar en cualquier conjunto y ante cualquier circunstancia. Lo único que tenemos claro es que vamos a luchar».
El primer enfrentamiento está pactado a realizarse en el Palacio de los Cocodrilos y el rival será Mayabeque. Por ello, ya se comienza a pensar en el brazo que puede negociar la primera sonrisa.
“Nuestra carta ganadora ahora mismo es Yoannis Yera, el primero en la rotación; solo dependemos de si sale antes para cumplir su contrato en el exterior. En caso de que lamentablemente no pueda estar, pues el hombre clave será Dennis Quesada”.
Aún en condiciones inadecuadas, los Cocodrilos se divierten entrenando, sonríen mientras alguien trata de llenar de agua la nevera y siguen confiando en mantenerse entre los equipos punteros en una Serie Nacional donde casi todas las selecciones sufren ausencias en varias áreas.
Clasificar es su primer objetivo. ¿Difícil? Sí, bastante, ya lo dirá el terreno, y quizás ayuden las velas que me pidieron que encendiera desde el día 9 de marzo. Me fui preocupada, aunque sus deseos de ganar pueden ser el punto de giro en una película que todavía no comienza. (Foto: Raúl Navarro)